HOUSE OF THE DRAGON ONE SHOTS

Lucerys Velaryon| 2

OMNISCIENTE POV

¿Porqué todos están borrosos? *parpadeo aturdido* ¿Quiénes son ellos y porqué no me siento en mi hogar? *parpadeo aturdido*

—Calma, calma, no vamos a dañarte ¿de acuerdo?. —se acercó un hombre con barba.

Intentó escapar pero al esforzarse demasiado se desplomó y se desmayó, los hombres allí cargaron al individuo hasta llevarlo a un lugar seguro.

Herya fué despertada por su esposo, dejó un beso en el cien de su esposa y acarició su mejilla.

—¿Como dormiste preciosa? ¿No te incomodé?. —bajó sus besos hacia su cuello.

—No, dormí... Cómoda. —suspiró viendo que no fué suficiente la noche anterior.

Estaba adolorida, había sido como un animal con ella y no le bastó, suspiró recordando que ahora debía de darle su cuerpo cuando quisiera, tendría que darle hijos y vivir una vida amarga hasta volver a ver a Lucerys, su mente aún seguía creando esa idea falsa para sobrevivir a su día a día.

Aemond la levantó hasta ponerla como un animal, Herya conmocionada soltó un jadeo asustada, se apoyó sobre sus manos hasta que sintió como Aemond entró en ella si piedad robándole un gemido.

***

Luego de una sesión de sexo los esposos fueron a desayunar, Aemond ayudaba a Herya quién estaba bastante adolorida, desayunaron ambos en silencio mientras que Aegon los miraba con una sonrisa pícara.

—Lucen frescos cómo lechuga, se les ve más radiantes a ambos, buen trabajo Aemond. Eres bastante afortunado. —Herya soltó un suspiro pesado y siguió comiendo su desayuno.

—Entonces... ¿Pronto tendré más nietos?. —Alicent cortaba algo de su plato.

—Estaremos en eso madre. —respondió Aemond a con "normalidad", luego de eso Aemond fué a hacer sus oficios, cosas de hombres, ayuda a Aegon etcétera. Mientras que Herya bordaba algo junto a Halaena, eso le daba una paz bastante extraña, le permitía pensar en otras cosas, le permitían volar su imaginación, entre más bordaba más fácil escapar de la realidad sería.

El lenguaje de comunicación de Halaena y Herya era peculiar pero bastante entedible para ellas, Halaena consolaba a Herya y viseversa. Ambas hermanas estaban igual de traumadas talvez.

Luego de acabar sus tareas por un rato Aemond fué a visitar a su esposa, cuando se acercó vió a Halaena salir de la habitación. Cuando entró cerrando la puerta tras él se topó con la preciosa imagen de su esposa bordando junto al fuego, se veía como una diosa, se veía tranquila, nada parecido a lo que siempre veía en ella.

Habló un poco con ella, era un poco más accesible ahora y para él era un avance bastante grande, luego de su charla Aemond no se resistió, le dió un orgasmo allí donde estaba sentada con su boca, para luego arrastrarla con él para besarla y seguir el acto sexual.

Unos meses después todo transcurría normal, Herya aún seguía deprimida y más de una vez intentó suicidarse pero falló. Tenía sexo a diario con Aemond, disfrutaba de las charlas con él antes de que él tomara su cuerpo.

Amaba bordar junto al fuego y junto a Halaena, sus sobrinos fueron de gran apoyo para ella, le enseñaron bastante sobre la maternidad, no era algo malo y encontraba una forma de escapar de su vida en eso. Deseaba poder tener hijos, siempre deseando que fuesen del amor de su único esposo pero aceptaría un hijo si fuese de Aemond aún así.

Por otro lado.

—¿Como vas pescado? ¿Algo nuevo hoy?. —Brend preguntó.

—Nada... Es decepcionante pero de igual forma pescar me entretiene, me invento historias en mi cabeza cuando pesco. —habló con dulzura.