°•Amor a nuestra ciencia•° (Parte 2)(Hiro Hamada x Oc)

Cap. 4

Ari ya estaba cansada de esperar que alguien pasará por las calles de la ciudad. Parecía un pueblo desierto.
Sentía nuevamente como si algo se hubiera metido en su ojos.
Parpadeo un par de veces, y la molestia paso.

Suspiro, aburrida. Ya no encontraba una palabra que pudiera describir lo aburrida que se sentía.

Escuchó como el pomo de la puerta girarse. Sentía emoción, finalmente algo pasaba.
Su abuela y su madre pasaron a la habitación.

Ver a su abuela le hizo sentir un cosquilleo en su espalda... Sentía como una tristeza la invadió por unos segundos, sin embargo, se disipó cuando recordó que el haber dejado a su abuela completamente sola, cuando ambas más se necesitaban, había sido solo un sueño...

La anciana se acercó a ella, con su distintiva manera de caminar, la cual se asemejaba a pequeños saltitos.

Coloco su manos sobre la frente de Ari.

—Sigues con fiebre— Decreto su abuela—No quiero que te levantes de la cama hasta que te cures.

Ari obedeció y se recostó nuevamente.

—Debo ir a trabajar, Tu abuela te cuidara mientras tanto.

Ari asintió con una leve sonrisa, la cual se desvaneció lentamente. Observo a su madre con su ceño levemente fruncido.

—¿Entrabas tarde a trabajar hoy?—pregunto con una voz suave, intentando que no pareciera un interrogatorio.

—¿De que hablas?— Río levemente— Siempre entro a esta hora.

—La fiebre te tiene tonta— Negó con la cabeza— Traeré una medicina especial— Su abuela salió de la habitación.

—Cariño ¿Estas bien?

Ari sacudió la cabeza levemente. ¿Que le estaba pasando?
Al parecer sí tenía fiebre, sentía que estaba volviéndose loca.
Abrió la boca para responderle a su madre. Nada salió de su boca. Observo su mano, su madre estaba acariciando su mano... Pero ella no sentía nada.

Arrugó más el entrecejo.

Levantó la vista para ver a su madre.

Un sonido salió de su boca, no eran palabras, era como un tartamudeo entre un suspiro.

—Sí...—Forzó una sonrisa— Sí, debe ser la fiebre.

Su madre la miro con preocupación pero le sonrió.
Se levantó, y lentamente, abandono la habitación.

Ari se quedó observando la puerta varios minutos.
Una vez confirmo que no había movimiento tras de esta, se levantó rápidamente.

Observo cada pared, cada mueble. Algo andaba mal, pero todo se veía bien.
La pregunta de si en realidad había sido un sueño la invadió.
Se acercó a la puerta y colocó su oído sobre esta con cautela.

No se escuchaba nada. Se alejo.
Camino rápidamente hacia su ventana. Intento abrirla, sin éxito.
Estaba poniéndose alerta.
Se volteo rápidamente para ver tras de ella. Un deja vu la invadió, era la misma sensación que la recorría cuando volteaba a ver a su alrededor en su sueño.
El recuerdo de el impacto tras su cabeza recorrió su mente. Recordó aquel golpe seco.

La puerta se abrió, dejando ver a quien menos esperaba ahora.
Ella estaba en alerta, con sus puños cerrados frente a ella, y mirada temblorosa.

Hiro apareció tras ese umbral.
Cerro la puerta en su espalda y observo a Ari.

—Emm...— Hiro la observo— ¿Llegó en un mal momento?— Río levemente al verla así.

Ari estaba desconcertada.
Recompuso su postura rápidamente y lo observó.