Roke
No podía dejar de ver a Zion, la chica que había escogido para su cita, era muy linda, era una rubia despampanante, curvas muy bien proporcionadas, unos ojos verdes lindos. Trague grueso saliva. Me mire en el reflejo de mi charola, no era para nada su tipo.
-Roke ¿Estás bien?- preguntó Leani pasando a mi lado. Asentí.
- ¿segura?-. Volvi a asentir.
- Okay. Porfavor llévale bebidas a Zion y su cita- pidió Leani. Volviva asentir, cuando me sentía mal no podía hablar, no podía expresarme y Leani ya se había acostumbrado a mi falta de verbalidad.
Camine hacia donde estaba Zion, sujetaba a su chica por la cadera, mis ojos se desviaron hacia su mano. Sentí una punzada en el pecho ¿Porqué me pasa esto? ¡no es justo! A vida juega conmigo de una manera muy cruel. Jamás me ha pasado esto, jamás así sin establecer un vínculo con la persona.
¿Porqué Zion? El está prohibido, lo que siento esta prohibido. Estoy segura que no lo amo, nunca he amado a alguien, pero si estoy segura que estoy enamorada de él. Yo veo sus grietas, esas que quiere ocultar con sarcasmo y chicas. Leani me ha contado su historia, no por completo pero desde que llegó a la mansión.
Además, él y el señor Baker pelean demasiado, han llegado a los golpes. No entiendo porque sigue viviendo aquí, Zion se castiga por algo, lo sé. Y soy tan idiota que quiero saberlo.
- Buenas noches Zion ¿bebidas?- bien Roke, super sutil y natural. Trague grueso saliva, mis orejas se sintieron calientes. La rubia me miró de pies a cabeza y sonrío.
Tomó una copa de champagne, Zion me miró y no dijo nada, solo tomó otra copa de champagne.
- Gracias - dijo y paso de mi, como siempre. Me quedé mirándolo un poco más, algo me molestaba, estaba serio... ¿Qué sería?
La rubia volvió a verme, y notó que miraba a Zion. Se aclaro la garganta y y lo volví a verla, me sonrío y luego tomo el rostro de Zion y lo besó. No un beso sutil, un beso intenso. Me quedé ahí, mirándolos, pasmada ante el show. Di un paso hacia atrás, y todo se fue al hoyo oscuro.
Tropecé con la maldita alfombra gruesa, y me desvalancee haciendo que mi charola con dos bebidas se estrellaran en el suelo.
Idiota.
Todo el mundo volvió a verme, todo mi rostro se calentó, ni siquera pude ver a Zion. Mi corazón se aceleró, sentía la vergüenza subiendo por mi cuerpo, me dieron ganas de vómitar. Odio la atención sobre mi, y más si es por algo tan estúpido. Mamá tenía razón, siempre supo que yo era estúpida.
Sin pensar, me agache para recoger todo, en mi euforia, con mis manos temblando me corte con un pedazo de cristal, entonces sentí unas manos sobre las mías.
- ¡Hey! ¿Estás bien?- me paralice. Era la primera vez en tres años que Zion me tocaba, que me preguntaba si estaba bien, trague grueso saliva, levante la mirada me encontré con esos ojos preciosos, color miel con unos tintes verdosos, era menos notorio que en los ojos del señor Baker, pero no cabía duda que eran hermanos. Abrí mi boca pero no salió nada, todo se detuvo, era hermoso...
Alguien le levantó con fuerza, despegando mis ojos de Zion, Leani me arrastró hacia la cocina. Mi corazón latía tan fuerte, aun estaba en shock.
- Siéntate, tengo mi kit de emergencias justo cerca de la cocina - dijo Leani, solo asenti estúpidamente.
Zion
Regrese al lado de Vivían, la niña de servicio siempre ha sido torpe, pero no entiendo porque Leani siempre la defiende. Ha roto cosas, ha arruinado ropa de Edmund, es rara y parece que cada vez que me mira entra en shock. Supongo que me tiene miedo.
La risa de Vivían me distrajo de mis pensamientos, apretó mi brazo y se acercó a mí oído, susurró.
- Esta enamorada de ti, es por eso que actúa asi- dijo con voz picara. Me tomo unos minutos poder encajar de que hablaba, cuando supe a lo que se refería me carcajee.
- Esa chica me tiene miedo Viv, y jamás me fijaría en ella, es mi empleada y una niña- respondí.
- A mi no me parece tan niña, la envidio tiene una figura delgada perfecta, a puesto que es un 90-60-90 ¡la perfección!
Negué con mi cabeza, jamás he visto a Roke con otros ojos, jamás he visto su cuerpo con deseo y eso se quedará así.
○○○○
- ¡PERO QUE MIERDA EDMUND!- grite furioso. Estabamos frente a frente, nuestras narices casi rozandose.
- ¡Estás loco! Traer a esa pobre chica no solucionará tus problemas Eddie. Esa chica no conoce el mundo, no la pierdas en el tuyo- continue hablando. Edmund me empujó, hice puño mis manos.
- No te metes en mi vida Z, esta es mi maldita casa,y yo hago lo que quiere. Voy a traerla, le voy a dar la oportunidad de ser libre. ¿Qué piensas? Que alguien más va a escogería y dejarla libre. ¡MIERDA, ZION! Es un puto lugar desquiciado ¡Las venden!- gritó Edmund.
Se porque lo hace, se que quiere salvarla como no pudo salvar a Thea, se que quiere darla una oportunidad pero no es solo eso, conozco a Edmund y se que no la va a dejar ir, si se obsesiona como lo hizo con Thea, esa chica sufrirá, es una mierda, estoy harto, he pasado mucho tiempo aquí, tengo que irme.
Sin decir nada, salí de su oficina. Corrí hacia mi habitación. Enfurecido hice la maleta, me largo, necesito irme de aquí.
Roke
Se fue. Lo vi salir con su maleta, se fue y no se por cuanto tiempo. Suspiré, me apoyo en el marco de la puerta.
Sentí unas manos cálidas en mis hombros, ese aroma pertenecía a Leani. Me abrazó, cerré los ojos. Yo no era una persona afectiva ni cariñosa, y después de tres años he podido poco a poco dejar entrar a mi corazón a Leani.
- Tienes que dejar de hacerte esto pequeña, Zion no es un chico que busque compromiso, tampoco es alguien que vaya darte una oportunidad como la que te mereces. Lo digo porque te quiero, y mereces la verdad, suelta lo que sientes por él, suéltalo hija- dijo con su voz cálida. Mis ojos se llenaron de lágrimas, tenia razón, mucha razón. Jamás le confirme a Leani que estaba enamorada de Zion, pero se dio cuenta rápidamente.
- ¿Cómo lo hago?- pregunte. Leani me dio la vuelta pra enfrentarla, limpio mis lágrimas.
- No tengo la respuesta correcta, pero solo puedo decirte que tienes que ver para otro lado. Roke, eres una mujer muy hermosa, vives encerrada aquí todo el día, no sales en tu día libre, no tienes amigos, tienes 21 años, tienes que disfrutar la vida, ven vamos por una taza de café.
Asentí.
Cuando entramos a la cocina, en la mesa había un cupcake con una velita, al lado había un regalo, me quedé mirándolo.
- Feliz cumpleaños Roke. Se que ayer fue tu día, no creas que lo olvide, tengo presente la fecha de tu cumpleaños.
Mis ojos se llenaron de más lágrimas, me volví para abrazar a Leani, luego corrí a tomar el cupcake era de chocolate.
- Pide un deseo- dijo Leani.
Cerrando los ojos, pedí mi deseo.
Porfavor, que Zion se enamoré de mi, que me ame y me cuide.
Abriendo los ojos, sople y sonreí.
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SOLAMENTE MÍA.
RomanceRoke no era su verdadero nombre. Siempre fue especial, diferente, callada y casi nadie la notaba. Su vida pasaba sin pena, guardándose los momentos que la marcaron. Hace tres años había llegado a la mansión Baker, nadie sabía mucho de ella, por es...