13. Amigos

185 11 1
                                    

Roke

- ¿A donde vamos?

– A uno de mis lugares seguros.

Lo miro de reojo, mis labios se abren pero no sale nada. No se que decirle, ya no se nada, todo esto es ... es demasiado.

Zion conduce mucho, la pesadez en mis ojos y hombros cae, y en algún momento me quedo dormida. Lo siguiente que siento es unos brazos fuertes, me remuevo y luego abro los ojos, cuando me doy cuenta de lo que está pasando se me cae el corazón.

– ¡ZION! ¡BAJAME!–. mi voz sale dos tonos más chillona.

Zion se ríe. Y me aprieta más. Me lleva cargando al estilo novia, cuando el novio la lleva a su habitación para ... sus manos se aprietan en mis muslos, mi corazón palpita tan rápido, no estoy acostumbrada a esta cercanía.

– No. Te ves linda en mis brazos –. Responde con una sonrisa que me dan ganas de borrar con un golpe.

Oh. Por primera vez quiero golpear a Zion.

‐ ¡merda, quest'uomo!–. Zion para abruptamente. Y yo sello los labios. ¡SANTO DIOS! tenía muchos años de no pronunciar una palabra en italiano y lo primero que digo es "mierda, este hombre!"

– Mirame mariposita–. Es una orden, pero no es pesada ni llena de odio, es solo una orden llena de ...

Ni lo pienses. No le gustas, no eres nadie para él.

Levantó mi mirada a él. Tiene una mirada que jamás he visto, trago grueso saliva.

– Vuelve a decirme algo en italiano–. Oh Dios mi estómago, el me llama mariposita pero en este momento siento millones de ellas en mi panza.

– ¿Sabes el idioma?–. Pregunto rogando que no. El me da una media sonrisa.

– Dime algo – exige. Digo lo único que estoy pensando en este momento, confieso una parte de mi corazón.

sei molto bello, mi piaci molto–. Zion me regala una gran sonrisa, asienta y sigue caminando.

Veo a mi alrededor para desviarme este momento denso con él. Estamos en una especia de bosque, no hay nada alrededor más que árboles, pasto y un pequeño camino un poco polvoso y feo.

– ¿Donde estamos?

– Ya te dije, en mi lugar seguro.

– Pero ¿Donde es eso?

– Estamos llegando...

Mi mirada se dirige hacia el frente. Hay una pequeña casa moderna, en medio de la nada.

– ¿Es tuya?

– Y también puede ser tuya–. Dice guiñandome el ojo.

Me imagine con su apellido y dos hijos.

Disipo esos pensamientos absurdos. Esto no es un cuento de hadas, no es un novela con final feliz. Es la realidad.

–¿Porqué no vinimos en auto? ¿Cuanto dormí? ¿Puedes bajarme?

– Tantas preguntas mariposita.

– Quiero respuestas...

– Hace unos días no te atrevias a contestarme, pero hoy si ¿Qué cambio?

Ahh. ¡este hombre! Me exaspera y me gusta a la vez.

Llegamos a la casa. Y al fin me deja en el suelo. Me arreglo la ropa, evito su mirada porque se lo que genera en mi.

– Entra.

Cierro los ojos. Me siento cansada, hay tantas preguntas entre nosotros, hay tantas cosas que no se como lidiar con ellas. Siempre he sido invisible, siempre me han ordenado, siempre me han hecho sentir que lo que pienso no vale. Siempre fue cuestionada, y jamás me dejaron cuestionar, es desgastante.

SOLAMENTE MÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora