16. (Parte uno)

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Partes de mi.

Roke

Cuando bajo la última grada de la escalera. Zion, me extiende su mano. La tomo entre la mía, y casi se pierde con la suya. Su toque hace vibrar mi cuerpo.

El me sorprende acercándome a él, tanto que mi cuerpo choca contra el suyo. Sus manos viajan a mis caderas y nuestras miradas intensas fijas.

– Eres tan hermosa mariposita, te dije que el rojo era lo tuyo.

Sonrío. Por primera vez en mi vida, me siento bien con mi cuerpo y apariencia. Las palabras de Zion han ayudado, nunca nadie me llamo hermosa como él lo hace, y las mariposas revolotean por mi panza.

– Gracias, tu estas muy guapo–. Logro decirle. Pero es que la verdad quiero decirle que no hay otro hombre como el, que su rostro está perfectamente diseñado, que su lunar bajo el ojo izquierdo es tan sexy que me distraigo mirándolo. Sus ojos color miel son el tono más único y hermoso que he visto. Quiero gritarle que estoy enamorada de él.

Intensita Ro...

Nunca puedo descifrar que estas pensando Roke, me miras de una manera que nadie me ha visto jamás. Y eso me desconcierta a la misma vez me gusta mucho.

Mis mejillas arden. No puedo sostener más la mirada. El lo nota, y se aleja de mi.

–¿Vamos?

Asiento.

Me es un poco complicado caminar en estos tacones tan altos. No estoy para nada acostumbrada a usarlos, ni aún con tacones llego a la altura de Zion, pero si llego a la altura de sus ojos.

Leani me ayudo a a peinarme, y me maquillo con sus maquillajes. Ella es un poco más clara de piel que yo, pero logro  darle un tono uniforme a mi rostro. Llevo mi cabello lacio atado en una coleta alta, unos pendientes que me presto Leani, ella se ha portado tan linda conmigo. La mirada en sus ojos amables cuando me vio con el look terminado, derritió mi corazón, me abrazó y me dijo que era hermosa.

Cuando avanzamos en el auto, estoy nerviosa, muy nerviosa. Es mi primera cita real, mi primera cita con el hombre que me gusta, nunca creí que esto pasara, nunca.

– ¿A donde vamos?

– La paciencia es una virtud mariposita.

Pongo los ojos en blanco, trato de ocultar una sonrisita. Pero estoy nerviosa, si me vestí así es porque vamos a un lugar elegante.

Zion busca mi mano, y entrelaza sus dedos con los míos. Me quedo mirando a nuestras manos unidas y luego levantó mi mirada a él. Sus ojos siguen fijos al frente pero sonríe. Su toque cada vez es más familiar para mi.

Después de un poco más de media hora, estamos en una calle lujosa, donde los grandes edificios, tiendas y autos dejan ver lo finos que son. Nunca había estado aquí.

– Zion ¿Donde estamos?–. Pregunto ansiosa. Vuelvo a verlo y tiene esa sonrisita arrogante que tanto me gusta, que tanto me derrite.

– Estamos en la zona más importante de la ciudad, donde vienen todo tipo de famosos, hay tiendas de diseñador y joyerías de alta gama, lujos que pocos pueden darse.

SOLAMENTE MÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora