Zion
En frente de su puerta, respiro profundo. Tengo cuatro años sin verlos, cada vez que lo hago mi corazón se lastima.
Vaya vida de mierda.
Tenia una vida sencilla, pero era feliz. Cierro los ojos, recuerdo el olor de las flores que arrancaba para Lidia, recuerdo cuando horneada postres para mi, la tarta de fresas que me encantaba.
Abro mis ojos justo cuando la puerta de madera se abre. Su rostro se contrae en completo shock por verme.
– ¿Zion?– la voz de Lidea me pone la piel de gallina. Ella fue mi mamá hasta los doce años, ella era mi lugar seguro.
–¡Oh Dios!–. Todo mi cuerpo se tensa cuando viene corriendo por el porche, su pequeño cuerpo choca contra el mío. Sus brazos me aprietan y no deja de llorar.
Tardando un poco más, logro abrazarla. Sigue oliendo a flores frescas y a shampoo de canela. Mi mamá, mi verdadera mamá.
Y tu un hijo de puta malagradecido.
Me separó de ella. Sus ojos marrones oscuros me miran con mucho anhelo. Y se me rompe más el corazón.
Nadie más que esta mujer enfrente de mi se merece el universo entero, el cielo y todo lo magnífico. Yo debí dárselo, pero lo único que hice fue olvidarla durante diez años. A ella y a papá.
– ¡Pasa adelante! Rubby no esta, llega a la noche ¿Quieres café? ¿Te? ¿Juego? –. Entro en silencio.
La casa huele a sus flores frescas y se me revuelve la panza. La casita es pequeña, una sala un gran sofá y un sillón reclinable, la cocina y la mesa es visible. Las paredes son beige con cuadros y pinturas de flores. A Lidia le encantan las flores, más que todo los lirios.
Los que siempre robaba para ella.
Fue una mala idea venir. La culpa me carcome, no puedo aguantarlo. Ellos fueron mis verdaderos padres hasta los doce, luego me olvidé de ellos. Esto no se siente bien, que me trate como si jamás los lastime.
– Solo agua– respondo. Lidia esta muy emocionada, viene de regreso con el vaso con agua, le doy dos sorbos. Se sienta enfrente de mi. Sus canas son visibles, esta más delgada y sus arruiguitas son más prominentes.
– ¿Como haz estado hijo?– pregunta. Se que esta ansiosa de saber que he hecho estos últimos cuatro años en los que no los he visitado. No he hecho nada más que follarme a rubias, viajar, construir mi compañía, vivir una vida de mentiras.
– He estado ocupado trabajando–. Respondo. Ella me lanza una mirada de compasión, sabe que hay más pero no pregunta.
– ¿Tienes novia?– pregunta. Yo solo niego. Jamás me voy a enamorar, eso no sirve, después de la mierda que pase con Thea, el asunto esta cancelado. Y hoy parece que se repite, me gusta Anna pero no puedo confesar eso. Si, soy una bastardo.
–¿Tu? ¿Como estas?
– Estoy bien. Tu papá y yo pasamos nuestros días en casa, sabes que ya no pude trabajar por mi problema con los huesos. Pero Rubby sigue siendo el proveedor de la casa. Es lindo vivir aquí, es alejado del ruido de la ciudad, no gastamos mucho dinero y los vecinos son amables.
Suspiro. Mis pa... Lidia y Rubby viven en una isla llamaba Terranova en Canadá. Si, fui un hijo de puta que les busco un lugar alejadisimo de Estados Unidos, fue para protegerlos aunque ellos creen que lo hice porque me avergonzaba de ellos.
Si supieran las amenazas que recibí de Geroge, el padre de Edmund. Maldito desgraciado siempre me odio. Maldigo el día que Irene me dio a luz. Ella tampoco me quiso.
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SOLAMENTE MÍA.
RomantikRoke no era su verdadero nombre. Siempre fue especial, diferente, callada y casi nadie la notaba. Su vida pasaba sin pena, guardándose los momentos que la marcaron. Hace tres años había llegado a la mansión Baker, nadie sabía mucho de ella, por es...