STEREK -Diario de Amor-

Capitulo 14

La noche

-Stiles, despierta ya llegamos, vamos mi dormilón.- moviendo su hombro para despertarme por que yo eataba dormido en el.

-¿Eh?¿Cómo?¿Cuándo?¿Dónde?-
Lo gritaba como loco.

-jajaja tranquilo, no pasa nada, te decía que ya llegamos mi amor.-
me lo decía en el oído por que yo seguía en su hombro.

-mmmm, no quiero separarme de ti, cinco minutos más porfavor.- solo hacía berrinche por que no quería alejarme de Derek.

-Por mí no hay problema, pero hay que aprovechar este día al máximo-

-Esta bien, entonces vamos levantate que hay que gozar de este grandioso día.- salí del auto corriendo hacía la playa, me quité la playera, los zapatos, lis calcetines y por último el pantalón, dejándome el traje de baño que tenía por debajo del pantalón.

-¡Vamos Derek! ó ¿Me vas a decir que le tienes miedo al agua?- me estaba burlando de Derek.

-No, no le tengo miedo al agua- con una mirada seria y una sonrisa en su rostro.

Cerró la puerta del auto y caminó hacía conmigo, quitándose su playera dejando ver su abdomen muy bien marcado y esos grandes pectorales, despues los zapatos y los calcetines y por último su pantalón dejándose solamente sus calzoncillos negros que le resaltaban muy bien a decir verdad, yo solo al verlo semidesnudo sentía como empezaba a tener una erección pero gracias a que traía calzoncillos y el traje de baño era muy flojo no se alcanzaba a notar.

-¿Qué esperas para meterte al agua?- me dijo Derek en forma de reto.

-Esque el agua posiblemente este muy fría y...- justificandome.

-No, nada de eso tu vienes y te metes con migo al agua- interrumpiendome y cargandome por la cintura y llevandome al agua para dejarme caer en ella.

Se veía y se sentía como en una película romántica en la que nos mojabamos uno al otro y nos tirabamos al agua, lleno de diversión y risas de amor.

Despues decidimos comer algo y del auto sacamos una canasta que contenía sándwiches de jamón, queso, mermelada y mantequilla de maní. Nos sentamos bajo una sombrilla y sobre una toalla para comer y apreciar el mar. Posteriormente Derek y yo nos vestimos y empezamos a dar un paseó por las calles de aquél lugar lleno de negocios con recuerdos para los turistas, así que observamos un poco y en un negocio vimos un collar en forma de corazón que era de dos piezas, así que sin pensarlo dos veces lo compré y le di una de las dos piezas a Derek.

-¿Y esto, que significa?- tomándome de la cintura con una mano y con la otra sostenía el collar.

-Significa que somos un sólo corazón, y sí algún día discutimos y nos distanciamos, tendrás que mirar ése corazón y veras que no se ve bien y no se verá bien por que te falta tu otra mitad.- Me escuché muy cursi, de eso no hay duda.

-Me gusta como suena eso amor- Derek me sonrió, me abrazó más fuerte y me susurró "TE AMO".

Yo no hice más que abrazarlo, tomandolo del cuello y besarlo, sin importar que dijeran los demás, solo éramos el y yo.

Seguimos avanzando y entre más avanzabamos, más cosas comprobamos. En fin después de la caminata regresamos al auto con:
-12 collares
-15 pulseras
-3 sombreros
-7 anillos
-5 llaveros
-2 gafas de sol
-1 foto que nos tomamos con un señor vestido de algún tipo de ser mitológico marino.
-2 helados cada uno.

Sin duda toda una aventura, los llaveros, collares, pulseras y anillos eran para nuestros amigos. Era como casi las 03:00 pm así que Derek propuso ir a un restaurante que quedaba a otros cuantos kilómetros de aquí, dijo que llegaríamos justo para la cena, tomó mi mochila y me dijo que me cambiará de ropa, el después me dio el volante e hizo lo mismo.
parecía que se hizo una costumbre escuchar la misma canción una y otra y otra vez, pero a nosotros nos encantaba y la cantábamos.

Don't wanna break your heart
Wanna give your heart a break
I know you're scared it's wrong
Like you might make a mistake
There's just one life to live
And there's no time to wait, to waste
So let me give your heart a break, give your heart a break
Let me give your heart a break, your heart a break.

Sin duda se convirtió en nuestra canción.

Después de unas largas horas cantando sin parar, llegamos al restaurante del que Derek hablaba, por fuera era muy rústico y sencillo pero muy lindo y por dentro era muy distinto, estaba impecable, con candelabros por doquier y había espejos enormes con marcos dorados y pedrería, algunas paredes tenían tapizado color vino y el techo tenía obras de arte pintadas con las mejores manos, todo era fabuloso pero se veía muy caro. Llegó un mesero que me pidió que lo acompañará.

-¿Derek?- lo miraba entre asustado y confundido.

-Andá, ve, yo te alcanzo en un segundo- me dijo muy confiado.

El mesero me llevó a un cuarto.

-Me avisa cuando este listo-

me confundí por lo que me había dicho el mesero, ¿A qué se refería con eso? En el cuarto había un ropero con un letrero que tenía escrito "abre", esto era muy similar a una película de terror en donde adentró del ropero había un cuerpo decapitado, sin embargo no era así, en lugar de un cuerpo había un traje blanco, demasiado elegante, por un segundo no entendía, después lo entendí así que me lo puse y me quedaba a la perfección. Salí del cuarto y el mesero me encaminó hasta la planta alta del retaurante, donde se encontraba una terraza llena de luces colgantes y velas en los alrededores y en el centro se encontraba una mesa con dos velas y un mantel blanco y justo alado de mí venía llegando Derek con traje blanco que le quedaba muy bien, se veía perfecto por ésos músculos que tenía pero dejando su cuerpo aparte se miraba apuesto, tenía una gran sonrisa en su rostro y se acercó a mí puso su brazo de manera que yo lo tomara del mismo modo.
Me acercó a la mesa y recorrió la silla para que yo me sentará, era muy educado de su parte.

-¿Qué es todo esto?- pregunté muy sorprendido.

-Es una sorpresa que te tenía preparada ¿Te gusta?-

-Me encanta, pero ¿Cómo conseguiste éste lugar?- igual de sorprendido.

-Mi tío es el dueño del lugar así que le pedí este favor y como puedes ver aceptó.-

Yo me quedé sin palabras, llego la cena, como primer platillo era una crema de granos de mazorca con queso y para acompañarla unos panesitos que juntos sabían delicioso y de platillo fuerte era carné con ensalada y una salsa que era deliciosa y de beber un vino tinto del más fino y caro que tenía el restaurante. Platicamos y reímos durante toda la noche con momentos de silencio que me ponían nervioso y se me ponían las mejillas coloradas, pero cada momento era especial e increíble, otra cosa increíble fue el postre de chocolate con crema batida y fresas, algo realmente delicioso.

Nunca olvidaré ese día en el que nos escapamos y lo disfrutamos al máximo.