Cuando Chanyeol regresó a Seúl, jamás imaginaría que dejaría sus maletas botadas en el aeropuerto para correr y encontrarse afuera de esa iglesia donde sería el testigo de la unión entre quien fuera el amor de su vida y su ahora ex mejor amigo; tamp...
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No quiero estar solo, ese era el constante pensamiento que cruzaba la mente de Baekhyun que estaba ahí, recostado en la camilla del consultorio de la obstetra mientras escuchaba el latido del corazón de su bebé. Su rostro era un desastre de lágrimas, pero también sabía que la gran sonrisa de sus labios no desaparecería por el resto de su día porque estaba ahí, lo escuchaba y era hermoso.
El sonido del latido de su corazón era precioso.
Aun así, no podía evitar sentir su boca amarga al vivir solo esa experiencia una vez más y no es como si deseara que el padre de su hijo estuviera ahí, para nada, pero tener a Jongdae o a Dami hubiera sido mucho mejor que no tener con quién compartir la felicidad que sentía.
Pero esa era su realidad y tenía que acostumbrarse a ella.
— Su corazón está muy bien — dijo la doctora Choi luego de un momento, por lo que limpió sus lágrimas para ver en el monitor la imagen 2D de su bebé—. Puedo notar que su columna está desarrollándose bien y su cráneo también, los veo con buena forma y todo parece indicar que es un bebé sano y definitivamente estás en la semana 21, Baekhyun —el castaño intentó reprimir sus emociones, pero era difícil—. Pesa aproximadamente medio kilo y... —la doctora ladeó su cabeza, y él veía como movía el transductor sobre su vientre—. Y a lo que me indica, mide cerca de 20 centímetros, todo parece indicar que será alto — la doctora sonrió suave enfocada en su labor—. Estoy tratando de descubrir su sexo, pero tu bebé está algo tímido hoy y...
La voz de la doctora fue interrumpida por unos golpecitos; curioso giró hacia la puerta al mismo tiempo que la doctora.
— ¿Qué sucede? —preguntó la mujer en voz alta, escuchando la respuesta al otro lado.
— El acompañante del señor Byun llegó, ¿puede pasar? — la contestación de la recepcionista lo desconcertó por completo, porque no esperaba que nadie fuera con él.
O, tal vez, Jongdae o Dami sí consiguieron el permiso de acompañarlo. El pensamiento lo llenó de calidez, aunque no le gustaba que sus amigos descuidaran sus deberes por su culpa.
Miró de regreso a la doctora que parecía esperaba su autorización para dar alguna respuesta, por lo que asintió sin dudar.
— Claro, que pase —dijo ella sonriendo, escuchándose después la puerta ser abierta.
Unas pisadas fuertes se escucharon a su costado, y Baekhyun sintió que perdió los colores del rostro cuando no se encontró con su mejor amigo.
— ¡Perdón, perdón! Me tocó tráfico de camino hacia acá por un accidente, pero ya estoy aquí, disculpen la interrupción —la voz ronca atravesó sus tímpanos mandando un escalofrío por todo su cuerpo y, como si aquel hombre supiera el efecto que causó en él le miró directamente, dedicándole una sonrisa sutil—. Hola, Baekhyun.
