Capítulo Dos

1.9K 260 186
                                    

— ¿Por qué eres tan terco? ¡Te digo que te esperes ahí! En quince minutos saldré de la oficina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— ¿Por qué eres tan terco? ¡Te digo que te esperes ahí! En quince minutos saldré de la oficina.

Se colocó su mochila tras su espalda, teniendo que alejar el teléfono de su oído ante la ruidosa voz de Jongdae.

— No es terquedad, sino cansancio. Llegaré más rápido a mi casa si tomo el transporte que a esperarte a ti, tu oficina queda a cuarenta minutos de mi trabajo, eso haría casi una hora de espera y mi espalda no puede esperar tanto — resopló colocando su mano en su espalda baja, la cual le estaba matando—. Además, ya es tarde, tienes que llegar a ayudar a Dami con los niños, yo estoy y estaré bien.

Su mejor amigo gruñó al otro lado de la llamada.

— Justamente Dami me insistió también en que pasara por ti, así que te quedas ahí, ¿de acuerdo? Trataré de salir ya.

Negó soltando un suspiro mientras trataba de abrochar su chamarra, pero fracasó, ya no le quedaba, así que se rindió. 

— Gracias por su preocupación, pero no es necesario, la parada está aquí cruzando la calle —atravesó la habitación de empleados, y abrió la puerta saliendo a la tienda de conveniencia donde trabajaba—. Te mandaré mi ubicación en tiempo real y, para que estés aún más tranquilo te llamaré, ¿okay? 

Jongdae no parecía muy convencido al otro lado de la llamada.

— No me siento cómodo dejándote ir solo a casa, recuerda que, si algo te pasa, no siempre tendrás la suerte de toparte con un príncipe azul como Chanyeol —soltó el pelinegro con una risa reprimida, y él gruñó quejándose.

— ¡Ya te conté lo que sucedió ese día! ¿Por qué no me dejas de molestar? ¡Me está hartando que sigas con eso! Ni siquiera lo conocemos lo suficiente para que tengas esa confianza —se quejó recorriendo uno de los pasillos de esa tienda para ir a la salida, pero se detuvo cuando en su camino se encontró a su amiga Jurin en la caja, quien le saludó e hizo una señal de que esperara un poco. Baekhyun sonrió asintiendo mientras seguía la llamada con Jongdae—. No somos amigos, nada, no es nadie especial como para que sigas molestándome. 

El pelinegro rió, y Baekhyun tuvo ganas de ahorcarlo. 

— Pues mi sobrina o sobrino no piensa lo mismo, incluso me traicionó y le entregó a él su primera patadita, ¡así que tampoco es "nadie"! —recordar eso hizo que sintiera su estómago retorcerse, pero no tenía que ver con algún síntoma de su embarazo, sino iba más bien ligado a sus emociones, pues no podía olvidar el momento en que esas manos grandes tocaron su vientre, para después sentir la primera patadita de su bebé—. Y yo te advertí que si no me dabas su contacto te molestaría, ¡y lo seguiré haciendo! ¿Qué te cuesta? Sólo lo queremos invitar a cenar a la casa como agradecimiento. 

Baekhyun suspiró frotando su rostro. 

— Te conozco, tengo miedo de que hagas alguna imprudencia, además, ¿cómo pretendes meter un desconocido a la casa de tu familia?

Before The Flowers BloomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora