Capítulo Cinco

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— Alguien está de muy buen humor hoy también, ¿ya me dirás qué es lo que te ocurre? ¿O en serio estás sólo así por saber ya el sexo de tu bebé? Se que lo amas, pero siento qué hay algo más detrás de esas sonrisas.

Jurin picó su costado, y él rió mientras se retorcía un poco por las cosquillas, tomando después las bolsas de ramen que acomodó en la estantería de arriba.

Se suponía que debería de hacer eso solo, pero a pesar de que los días pasados tuvo mejores noches, agacharse seguía siendo una tarea difícil.

— No sé qué te estás imaginando, pero toda mi felicidad es por mi Hyunjin hermoso y nada más —acarició su barriga de ya casi 23 semanas.

Jurin estiró su mano para acariciar su barriga, y se dio cuenta que lo que sentía cuando la demás gente lo hacía, era algo completamente diferente a cuando las manos de Chanyeol sobaban su vientre.

Sin querer, se sonrojó al pensar que las manos del pelinegro sobre él se sentían muy bien.

— ¡Ahí! ¡Lo hiciste de nuevo! —Jurin le señaló para después pasarle más empaques de ramen—. Volviste a sonrojarte, ¿de qué te acordaste? ¿Tendrá que ver con el caballero que te ha dejado y recogido en el trabajo los últimos cinco días? ¿Me recuerdas cómo se llamaba? ¿Chanyeol? —ella de nuevo picó su costado y la detuvo mientras negaba y reía un poco, pero tampoco corrigió lo que dijo.

Porque era cierto.

Desde el día que Chanyeol se durmió en su cama, ambos crearon una extraña rutina que consistía en almorzar juntos en su apartamento, para que después Chanyeol mandarle un delivery a la hora de su comida para al final de la noche recogerlo en su auto para ir a cenar juntos y dejarlo finalmente en su apartamento; en ninguna de esas ocasiones Chanyeol volvió a entrar a este, pero no porque el alto no quisiera, sino porque tenía miedo que su casera lo descubriera y le recordara una vez más que ese era su último mes en el apartamento y no por falta de pago, sino por su embarazo.

Ese era un tema que lo estresaba mucho, pero no quería que Chanyeol ni nadie supiera que estaba en esa situación ya que bastante había molestado a todos con sus cosas. De todas formas, había visto un apartamento pequeño en renta al otro lado de la ciudad en un anuncio, y pensaba quizá pedirle a Jurin que lo acompañara en su día libre a mirarlo.

— Es solamente un amigo —dijo por fin notando la sonrisa fanfarrona de ella—. ¡Te lo juro, sólo somos amigos!

— Ajá, te creo eso, pero que sean sólo amigos no los detiene de gustarse, ¿o me equivoco? Porque te gusta a ti, ¿cierto? ¿Cierto? ¡Cierto! —la chica exclamó viéndose muy risueña—. No te culparía. El tipo es muy atractivo y caballeroso, además de cariñoso y parece amar a tu bebé —su amiga se acercó a besar su vientre, para después volver a reír—. No cualquiera va dejando un besito en tu barriga, ese hombre está colado por ti.

Before The Flowers BloomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora