Capítulo Ocho

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Si había algo que extrañó y no se dio cuenta qué tanto, era despertar con el calor de los rayos del sol sobre su rostro

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Si había algo que extrañó y no se dio cuenta qué tanto, era despertar con el calor de los rayos del sol sobre su rostro. Cuando vivía con sus padres siempre le molestó eso, pero luego de vivir ocho años en una habitación que carecía de luz natural, ahora podía apreciar ser levantado por esa luz que lo cegaba un poco.

Aunque en ocasiones seguía creyendo que su vida era un sueño o un capítulo del drama que Dami estaba viendo, porque no había forma que después de creer que su mundo se venía a sus pies, ahora se encontraba acostado sobre esa suave y amplía cama de aquella hermosa y gran habitación donde ya tenía dos días viviendo.

Era increíble, esas cosas no le pasaban a él, pero todo parecía real desde su lugar en la cama donde veía hacia el jardín exterior que era iluminado por una hermosa mañana despejada. No había flores, frutos y los árboles estaban sin hojas por el otoño, aun así, era precioso y no se imaginaba lo hermoso que se vería en primavera.

Le gustaría ser testigo de eso, pero no creía durar tanto en ese lugar, él tenía que encontrar su propio hogar para su hijo.

— Disfrutemos el tiempo que podamos, bebé —acarició su vientre bajo las cobijas y estiró su cuerpo como un felino siendo imposible no suspirar de gusto.

Tenía años que no dormía tan bien.

Sintiéndose bien despierto y descansado se sentó sobre la cama y se bajó de esta con cuidado yendo directamente al baño. Entró, se lavó sus dientes y después su cara que secó con una toalla que la madre de Chanyeol le había dejado. Después de eso salió de vuelta a la habitación y abrió el armario teniendo un objetivo ese día: buscar trabajo.

El día anterior ya había dado el primer paso: había enviado varias solicitudes a ofertas de trabajo que fue encontrando en una página oficial del mercado laboral, aunque creía que tal vez eso no sería suficiente por lo que también saldría a la calle y recorrería varias zonas de la ciudad esperando encontrar algo lo más rápido posible.

A estas alturas de su vida, ya no le importaba mucho de qué fuera, lo que necesitaba, era dinero.

Con eso en mente abrió el armario encontrándose con su mitad de closet el cual lucía muy vacío, pero no pensaría más en esas cosas y tomó el conjunto de ropa más formal que tenía, que consistía en un pantalón negro y una camisa celeste a rayas blancas. Suspiró. Desde que vendió su ropa que usaba antes del embarazo ya no había podido comprar nada nuevo.

— Esto debería ser suficiente, ¿o no? —cerró la puerta del armario que era de espejos, y se colocó la ropa por encima no estando muy convencido—. O quizá pueda tratar otra cosa —se dijo abriendo de nuevo el armario, pero no pudo evitar que su mirada se desviara al otro extremo del closet.

Baekhyun en verdad trató de no ser curioso por esa habitación y todas las cosas que había en ella; no eran muchas, pero lo que había, le daba una clara muestra de la personalidad de Chanyeol y descubrió dos cosas importantes: le gustaban las guitarras y coleccionar figuras de anime.

Before The Flowers BloomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora