El Legado De Una Black... [Hermione Granger]

Capítulo 31: Tu Demonio.

La mañana de Navidad Katherine se había despertado con más energía de lo habitual aunque después de unos cuantos segundos su energía se fue al suelo, cosa que la hizo querer quedarse en cama.

Así que tomo entre sus brazos a su caimán de peluche y jalo el edredón haciendo que quedará completamente tapada y sin más se dispuso a seguir durmiendo.

Cosa que hubiera funcionado de no ser por que alguien entro a su habitación y se aventó a su cama.

– ¿Qué esta...? –

– ¡Arriba, Black! – Grito Alexis.

Sintió como jalaban el edredón dejando a la vista su pijama de dinosaurios.

– ¿Por qué vienes a perturbar mi paz, Bianchi? – Se tapó los ojos con el brazo para evitar que la luz del sol lastimara sus ojos pues no tenía mucho despierta.

– ¡Vamos, tenemos muchas cosas que hacer! – Sintió como la jalaban de los brazos haciendo que quedará sentada en medio de la cama.

– ¿Qué es tan importante que debemos hacerlo... – Miro el reloj que estaba en el buro al lado de su cama – A las 7 de la mañana? – Se quejo para después dejarse caer nuevamente en la cama.

– Primero iremos a correr unas cuentas vueltas alrededor del lago, después vendremos nos bañaremos y cambiaremos para ir al Gran Comedor a desayunar

» Después de eso iremos a Hogsmeade para buscar un vestido o un traje aunque con cualquier cosa te veras igual de bien que siempre.

Y por último iremos a comprar algún obsequio para nuestras parejas, ¿Entendiste, Black? « – Miro a Alexis quien parecía tener una sonrisa cínica después de decir todo el itinerario.

– Baile, parejas, obsequios, desayuno, correr... Lo tengo – Murmuró Katherine más dormida que despierta.

– Es al revés pero en fin, ¡Lo tienes! – Celebró la rubia – Te quiero ver en 5 minutos fuera del carro, si para ese tiempo no estas con tu ropa deportiva puesta... O Black, tendremos serios problemas –  Amenazo la rubia.

– Bien, saldré en 5 minutos, ahora largate de mi cuarto, Bianchi –

– Fue genial hablar contigo, ¡Te amo! – Salió dando un portazo.

Esa rubia la iba a matar.

[...]

Después de haber estado corriendo alrededor de unos cuarenta minutos sin parar y tener que irse a bañar y cambiar lo más rápido posible, por fin estaban desayunando. Aunque no todo iba tan perfecto pues Katherine y Ross apenas habían podido tocar sus desayunos de no ser por que Alexis los jalo alegando qué habían tardado mucho en comer.

– Pensé que este día sería divertido – Se quejo Ross en voz baja, pues no quería que cierta rubia escuchara lo que decía.

– Ni qué lo digas, estoy muriendo de frío y tengo demasiada hambre – Coincidió Katherine con el rubio.

– ¿Y si buscamos a Ronald y la dejamos con el? – Propuso Ross ganándose una mirada divertida de la castaña – Di que si, por favor –

– Ojalá pudiéramos, pero Alexis no quiere verlo hasta una hora antes del baile –

– Ese pelirrojo sin gracia esta pasando mucho tiempo con nuestra rubia – Comentó el chico distraído.

– ¿Lo crees? –

– ¡Claro!, desde que la invito al baile siempre salen, me entere por Ronald qué fueron a una tienda de té qué hay en Hogsmeade –