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Jungkook podía oír con claridad los llamados de su omega pidiendo por ayuda. Miro a todos lados y se dió cuenta que nadie más que él podía escucharlo. Eso le extraño un poco.
Comenzó a retroceder lentamente sin que nadie se diera cuenta y cuando salió de la casa comenzó a seguir los llamados de Jimin.
Desesperado llegó hasta un pasillo donde se encontraban varios guardias protegiendo el lugar. Su irá creció al sentir el aroma del menor y eso empeoró cuando escucho los latidos de su pequeño cachorro latir débilmente. Saco sus garras y su aura oscura cubrió todo su cuerpo, estaba furioso, quiso cambiar de forma, pero sabía que su lobo aún no se recuperaba de las graves heridas.
—Voy por ti Jimin.
Camino lentamente hasta llegar cerca los guardias, estos se pusieron en alerta y atacaron. Jungkook simplemente sonrió malicioso y comenzó a pelear. Estaba furioso, tanto así que en segundos derribada a más de dos felinos a la misma vez sin recibir algún tipo de daño.
—A-alfa..
Volvió a oír el quejido del omega y se apresuró en derrotar de una vez por todas a todos sus enemigos.
—Omega.
El corazón de Jimin comenzó a latir de felicidad cuando escucho el llamado de su alfa, sabía que estaba muy cerca.
—A-alfa..
Jungkook se desespero al oír a su omega y de una vez por todas acabo con todos los guardias. El pasillo estaba lleno de sangre y cuerpos muertos, pero eso no le importó. Giró de vuelta y miro la puerta del sótano, camino un poco mas acercándose a esta y a esa distancia podía sentir el aroma de Jimin.
—¿Estás ahí Jimin? — pregunto preocupado.
—A-alfa, por favor a-ayúdeme — su voz sonaba baja y algo débil.
—Alejate un poco, abriré la puerta.
Jimin obedeció y se alejo lo suficiente lejos de la puerta.
Jungkook de una patada derribo la puerta y vió a su omega frente a él. Por fin lo tenía en frente viendo su hermoso rostro.
—M-mi alfa..
—Estoy aquí amor.
Jimin comenzó a llorar más y corrió a abrazar a su alfa, eso era lo que quería, tenerlo cerca y sentir su aroma para sentirse seguro y protegido. Jungkook rodeo el cuerpo débil del menor abrazándolo con fuerza, finalmente podía sentir aquel cálido cuerpo y aroma cerca. Como de costumbre, su aroma envolvió la habitación, sabía que estaba muy débil y eso le preocupo mucho.
—Ya estás a salvó bonito — susurró en el oído del menor.
Jimin se aferró a su alfa, con la intención de no soltarlo nunca. Sus quejidos eran dolorosos y Jungkook gruño bajo, a través de sus quejidos pudo transmitirle su dolor.
