Estaba frente a mí...
Me sentía mareado y con la adrenalina poniendo cada uno de mis sentidos alerta, las imágenes de la última vez que vi a mi padre pasaban en mi cabeza una a una como si no pudiera controlar mis pensamientos. El aire se volvía pesado.
Mi madre me dijo toda la vida que mi padre era un hombre de palabra, Francesco también lo decía a menudo como intentando hacerme recordar que le jure aquel día que sería alguien diferente a lo que fue su persona.
Pero lamentablemente la manzana no cae lejos del árbol.
En realidad pase mucho tiempo conteniendo mis pensamientos, pero conforme crecía la imagen que tenía en el espejo no me daba más que recuerdos. Mi vida no tenía un lugar en el cual me pudiera ocultar de mis propios pensamientos.
Las palabras que mi padre me dio cuando nací nadaban constantemente en mi cabeza "Non commettere i miei stessi errori" y no quería hacerlo, no quería tener su mismo final, pero mi venganza era diferente, mi dolor no venia de una herida de amor, venia directamente del odio, del desespero, de la falta.
Fue el tío Carlo quizá a quien podría culpar por alimentar este sentimiento. En busca de respuestas él siempre tuvo una historia que contar. Nunca era ella la mala, nunca era él, pero ese hombre que miles de veces vi en mi cabeza era el causante de todas nuestras desgracias.
Francesco pasaba de largo en todo aquello, siempre me aseguraba que nuestra vida ahora era mejor de lo que pudo ser con todos los que perdimos; lo decía el que creció con un padre y una madre, que vio a sus tíos... pero yo era el hijo de Leonardo Lombardi, aquel que mato a su esposa, el que nunca quiso un hijo, quien murió añorando a alguien que no fue la mujer que tenía mi sangre.
Todos decían que el murió de dolor, que murió de amor, que no soporto perder a quien amaba por su propia maldad. Pero yo sabía la verdad.
Esa mujer me arrebato todo desde antes de nacer, tuve un gran padre, durante años, hasta que un día resurgió de entre los muertos lista para arruinar mi familia. termino con mi madre de primer golpe, aunque ella no la culpa, incluso cuando la menciona por error tiende a compadecerla, pero mi padre... el no sobrevivió a su presencia, lo consumió, lo orillo a su inevitable final.
La voz de ese hombre se quedó grabada en mi memoria, aquel asentó rasgado y ese porte engreído; daba miedo solo de mirarlo, aun ahora cuando lo miraba en revistas o fotografías de antaño la ansiedad me sobrepasaba y volvía a ser un niño pequeño gritando por su padre.
Nunca quise venganza.
Se lo jure a mi padre.
Pero a veces, solo a veces, es necesario para continuar.
Eso pensé cuando decidí venir aquí, eso imagine, pero ahora mismo, mientras tenía la venganza al alcance de mi mano, el aire no llenaba mis pulmones, y la cabeza me estallaba, ya ni siquiera podía escuchar nada a mi alrededor.
-Está bien, señor... está bien...- aquella mano me trajo a la tierra como si fuera un ancla-Siéntese, venga, venga...- y tirando de mi hacia la mesa de aquella cafetería me guio en la nada-¡Un vaso de agua por favor!- grito desde la mesa y todo el mundo se movía a mi alrededor
Respire profundo, quería volver a encontrar a mi objetivo pero el mundo seguía moviéndose, el sudor frio rodaba por mi nuca y la luz del ese sol parecía quemarme las pupilas.
-Tome, un poco de agua... ¿Puedo hacer algo para ayudarle?- levante un poco la mirada
Aquella chica de cabello al hombro me tocaba angustiada, la sinceridad se escuchaba en su voz, y su tacto era relajante, alguien dijo que existen personas que están hechas a la medida, desde su tacto, su voz o su sonrisa... este tacto estaba hecho a mi medida, esa voz y su sonrisa...
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Pecador (En Pausa Indefinida)
RomanceNimet Demir crecio entre susurros y secretos, su vida "perfecta" y su familia feliz se encargaron de ello, era la pricesa de este nuevo cuento, pura, llena de luz y de perdon. Nimet era todo lo que un pecador como Milo Lombardi podría desear, desea...