Suerte

46 5 1
                                    

-Niña de mis ojos- el viejo Boran abrazaba a su nieta quien se recargaba en sus piernas como si fuera una niña pequeña a quien su abuelo acuna-¿Qué sucede mi niña?- sintió aquella angustia en ese abrazo que se prolongaba

-Solo necesito un poco de cariño abuelo, me he sentido un poco perdida- y el corazón de su abuelo se hizo pequeño con aquella declaración tan natural y al mismo tiempo preocupante

Boran Demir intento que su nieta se abriera con él, hablaron de la escuela, de su madre, de su vida, pero a pesar de todo ello, parecía que faltaba una pieza, algo no estaba bien, existía una parte que no le permitía poder ver de dónde dolía, quien había lastimado de esta manera a su pequeña niña.

Y no fue solo Boran quien se dio cuenta que Nimet parecía tener el alma rota, no y eso no debía de pasar, su madre se dio cuenta en los primeros días que paso en casa.

-¿Sabes que le pasa a Nimet?- cuestiono a su hijo quien llegaba de la oficina sorprendido por la pregunta

-Nimet está cansada de pelear contigo madre, lo sabes-

-No, esto es diferente Kadir, ella parece... no quiero decirlo-

-Madre, Nimet tiene 27 años, tiene que salir con personas, quizá el novio le ha dejado, tu sabes lo fanática que es del trabajo, y eso no siempre le sienta bien a nadie.

-¿Con Yildiz?-

-Espero realmente que no sea así, ese hombre- se encogió de hombros- tómalo como sexto sentido gemelo, pero no es alguien de nuestro agrado- y vio a su madre mirar a donde Nimet dormitaba con el móvil en las manos- tranquila mamá. Vamos, le prometiste a papá acercarte más a ella, además dio el primer paso, vino aquí, y ella prefiere estar en cualquier lugar que aquí... no la perdamos-

Seher sabía que su hijo tenía razón, pero aun así dentro de ella la punzada de la duda, el mal presentimiento, algo no estaba bien, porque esa tristeza era profunda... lo era, y no quería ver nunca esa expresión en su rostro.

-Mamá me ha preguntado si sales con alguien- Le cuestiono su hermano mientras conducían por la ciudad

-También a mi- sonrió irónica- la verdad es que estoy muy cansada- paso sus manos por el rostro frustrada- el semestre está por terminar y aun no sé de qué me sirve esforzarme tanto si al final seguramente me hará regresar a casa para no ser nadie-

-No seas dura, sabes que no es así- y ella lo miro girando los ojos frustradas

-Bien, tal vez existe algo de eso, pero sabes que escucha razones-

- No te engañes Kadir, ella escucha tus razones... no las mías-

Kadir guardo silencio, sabía que algo de eso era verdad, pero al igual que ella de alguna manera también estaba cansado, mediar era agotador, cargar con todo ese pasado... quería contarle todo, pero no quería agobiarla, guardaba el momento, quizá para cuando su madre fuera irracional al final de su maestría, quizá esos secretos podrían darle perspectiva, o quizá simplemente cargaría con todo aquello por el resto de su vida.

Cuando Nimet llego a Boston su corazón no se sentia igual, aunque los últimos días pudo estar en paz con su madre, el recordar aquella escena en el tren parecía mermarle de más. Se perdía en sus pensamientos por completo cuando aquellos días llegaban a su memoria, eran sus recuerdos favoritos, y al mismo tiempo los más dolorosos; ya estaban a casi dos meses de ese momento, y el pasar del tiempo en vez de aliviarla un poco le mermaba.

-¿Está buscando un taxi?- la voz de aquel hombre le hizo despertar de sus pensamientos

Milo estaba de pie con aquella perfecta camisa y su hermosa sonrisa extendiendo su mano a ella, salto a sus brazos sin pensarlo mucho y antes de que pudiera reaccionar para separarse de él, la apretó con el mismo ánimo.

Pecador (En Pausa Indefinida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora