El tiempo alrededor de Nimet comenzó a hacerse ligero, Ferhat era un hombre en quien podía descansar sin culpa, sin mentiras, se sentia tan cómoda a su lado, y con el paso del tiempo aprendió a amarlo tanto, tanto que los dolores de antaño quedaban un poco de lado.
Algunos días se conflictuaba y comenzaba a preguntarse si era justo que el supiera todo aquello y que aun así siguiera a su lado, se quedó con una mínima parte de su amor y aun así eran felices, tan felices que nadie podría adivinar todo lo que el pasado les había dañado.
Milo siguió con aquel agujero en el pecho, a diferencia de Nimet el jamás se sintió capaz de llenarlo, no podía ver a nadie dormir a su lado, no podía tomar ninguna mano al caminar por la calle, porque eso le pertenecía a Nimet, esa parte de su alma, ese hombre que podría ser pareja de alguien eso solo seria para ella.
De alguna manera Milo guardo ese amor como un castigo, las culpas del pasado y el atreverse a tomar su mano los hirió, los dejo al descubierto y termino haciéndola llorar. Pero ahora, a días podía verla reír, ser feliz, estar tranquila.
Sabía que el hombre que ahora dormía a su lado era alguien de confianza, alguien que podía tomar la mano de la persona más preciada en su vida y hacerla feliz, y con eso se sentia tranquilo, con saber que ella era feliz podría seguir adelante.
-¿Mamá?- Nimet entraba a aquel restaurante en el centro de Bursa, donde ella y su hermano prestamente crecieron
-Está adentro bonita-
-Gracias Tío Osman- lo saludo con un beso en la mejilla
-Te veo muy delgada, ¿estás bien?- apretó sus mejillas mirándola de frente- ¿Estas comiendo bien?-
-Si tío, todo en orden, solo que he tenido más trabajo de lo normal- la miro detenidamente de nuevo
-Bien, bien, sabes que si necesitas cualquier cosa puedes venir conmigo o con tu tía Melissa, no me gusta verte así y sé que las cosas con tu hermano y con tu padre están raras- y ella solo se encogió de hombros
-Ferhat se niega aun a que vaya a casa- se sentó en la barra mientras Osman le picaba un poco de fruta
-Y no lo culpo, después de lo que hizo en tu boda Yildiz, era obvio que estuviera molesto. La verdad me da mucha paz que estés con él. Mi Kadir era un buen chico, pero algo paso, algo me lo cambio- le dio el plato mirándola bajar la mirada nerviosa
-Cuando conocimos a tu mamá tenia tu misma mirada... parecía que guardaba secretos, y tu tía y yo nos acercamos lentamente. Fue una fruta dura de pelar, pero con los años se abrió a nosotros y su peso se volvió más ligero-
-Tío... yo...-
-No te pido que me cuentes lo que te aqueja, pero quiero que sepas que no estás sola, yo te quiero tanto a ti como a tu hermano, son mi familia aunque no llevemos la sangre y como tal siempre estaré para ti-
-Te quiero mucho tío-
-¿Por qué nos estamos diciendo cosas amables?- la voz de su madre los sorprendió
-Hola mamá- Nimet se hizo mohín mientras su madre la abrazaba por la espalda
-¿Estas bien? ¿Qué haces aquí?-
-Ferhat tiene una conferencia en la universidad de la ciudad, así que llegamos en la mañana-
-Qué bueno, ¿Cenaran en casa?-
-Supongo que no, quizá mañana después de su conferencia, hoy aun está trabajando, por eso decidí pasar un rato por aquí- se animó un poco sonando juguetona con aquellas palabras
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Pecador (En Pausa Indefinida)
RomansaNimet Demir crecio entre susurros y secretos, su vida "perfecta" y su familia feliz se encargaron de ello, era la pricesa de este nuevo cuento, pura, llena de luz y de perdon. Nimet era todo lo que un pecador como Milo Lombardi podría desear, desea...