Desarrollando sentimientos

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                                                                         𝒯𝑜𝓂

Luego de estar conduciendo hasta el colegio de esta linda chica pisé el freno en la esquina, esperando verla, pero no veía ninguna chica como ella, de cabello muy largo y negro como la noche, ojos color verde esmeralda, una piel blanca, baja estatura unos 1.58, labios rosados, una sonrisa hermosa que al hacer tal acción dejaba notar unos hoyuelos en sus mejillas que tenían un tono rosado clarito.

—Mm no la veo—Dije un poco frustrado. De verdad quería verla otra vez, hoy en la mañana cuando la ví quede totalmente flechado, y su voz, esa voz tan tranquilizante, podía calmarme con tan solo decir un "hola". ¿Acaso me estaba enamorando? Pensé, pero luego la imagen de ella dándose la vuelta en la entrada de su escuela, sonriendo y moviendo su mano llegó a mi mente. En el fondo yo sabía que de verdad no importa mucho el llavero, después de todo solo era un llavero pero yo de verdad quería volver a verla y eso fue una buena excusa para volver a verla. Luego de estar nadando en mis pensamientos mi mirada se centró en una chica, ¡Era ella! Conduje hasta estár en frente de ella y baé la ventanilla para que pudiera verme.

—Hola—Moví mi mano en forma de saludo regalandole una sonrisa. Ella me reconoció casi al instante y me sonrió—Hola Tom—Me saludó. Bajé del auto para saludarla con un abrazo, pero ella rápidamente extendió su mano, auch eso se sintió un poco mal, después de todo ¿quién no querría abrazarme? Pero rápidamente le extendí mi mano para saludarla.

—Te dije que vendría—
—Pensé que solo estabas bromeando—Dijo ella manteniendo su sonrisa—Por que bromearia?—Reí un poco—Ven, sube—Dije dirigiéndome hacia el auto, para luego abrir la puerta y que ella entrara.
—wow que considerado—Bromeó soltando una leve risa al terminar la frase—Lo sé lo sé— 
Ella solo rió y entró en el auto. En el camino no emitió ningún tipo de sonido, ni el más mínimo, así que decidí romper el hielo haciéndole preguntas.

—Y por qué tienes un llavero de guitarra?—Pregunté—Pues me gusta tocar la guitarra eléctrica—Respondió la chica sin mirarme fijamente—Wow, de hecho a mi también, si me conoces sabes que tocó la guitarra eléctrica en mi banda—
—Banda?— Preguntó  confundida—¿Estás bromeando? De verdad no nos conoces—La miré fijamente—No lo sé, quizás si, pero no recuerdo haberte visto en algún lado—
—Somos "Tokio hotel", la banda más buena de todos los tiempos—Bromeé—Mm, ese nombre se me hace conocido, de hecho creo que mi mejor amiga es muy fan de ustedes y me hizo escuchar algunos de sus temas—. —Te gustaron?—Pregunté sin quitar la mirada sobre ella—Si, de hecho escuché algunas de esas canciones un poco más—.  —Cuando estés en tu casa busca más canciones, podrían gustarte, sobre todo mis solos—Ironicé. Ella solo rió y luego de eso nos volvimos a quedar callados, era un poco incómodo pero ya no sabía cómo sacarle conversación y está chica no cooperaba.

Había pasado un rato pero ya casi llegabamos al mall, nos detuvimos en un semáforo de color rojo. Me giré para verla, ella estaba viendo hacia afuera desde la ventana pero de repente se giró para verme. Estábamos teniendo contacto visual y puede ver lo hermosos que eran sus ojos, no desvié la mirada ni un segundo pero no la notaba nerviosa a comparación de otras chicas, ella estaba lo más tranquila que podía estar, me regaló una hermosa sonrisa haciendo notable sus hermosos hoyuelos, le devolví el gesto y giré mi cabeza hacia el frente para ver el color del semáforo cambiar a verde. Pisé el acelerador y seguimos el viaje hasta llegar al mall. Una vez que llegamos entré directamente al estacionamiento en busca un lugar vacío, para mí sorpresa estaba casi todos vacío, eso significaba que no había tanta gente en el mall y sería mejor, no habría tantas fans. Me estacione en un espacio vacío y apague el auto.

—Bien llegamos—Hablé cortando el silencio—Oh si, me percate de eso—Dijo en tono sarcástico y soltando una pequeña risa—Pues que esperamos bajemos—Ella asintió, abrí la puerta y bajé pero note que ella aún no bajaba así que fui hacia su puerta del lado de afuera y la ví luchando para abrír la puerta así que decidí ayudarla a abrirla del lado de afuera, abrí la puerta mientras reía y ella bajó con su rostro serio, pero se podía notar un poco avergonzada.

—Qué es tan gracioso? —Preguntó sería arqueando una ceja—No nada—Reí—Pues, entremos—Hablé nuevamente—Sí—Respondió la pelinegra. Caminamos hasta la puerta del mall y le abrí la puerta para que ella pasara.—Puedo abrir puertas no hace falta que lo hagas por mí—. —Pues allí afuera demostraste lo contrario—Reí bajo. Sus mejillas se tornaron de color rosado fuerte y su cara pasó de sería a avergonzada. —Es que... No importa eso fue diferente—. —Oh sí, tienes toda la razón—Ironicé. Ella solo entró y caminamos hasta las escalera mecánicas, pero cuando estábamos apunto de subir ella se quedó quieta y me tomó del brazo.

—Y si mejor vamos por las escaleras normales?—. —¿Por qué?—Pregunté arqueando una ceja—Em, solo me gustan más las otras—Habló en tono poco creíble—Te da miedo?—Bromeé. Pero sus mejillas se volvieron a tornar de un tono rosado fuerte casi rojo y su cara estaba un poco avergonzada, en mi mente me recordó tanto a un emoji que no pude evitar reír (😅). —Qué es tan gracioso?—Preguntó—Te hice una pregunta, respóndeme—Dije volviendo al tema principal—Qué pregunta?—Dijo ella haciendo que no recordaba tal pregunta—Lo acabo de decir, pero por si tienes memoria a corto plazo te lo repetiré ¿Te da miedo?—Volví a preguntar y no recibí respuesta alguna por unos segundos—Oh vamos, no me digas que te dan miedo unas simples escaleras—Bromeé y de repente ella habló—Pues algo así, de pequeña tuve una mala experiencia con estas escaleras y ahora cada vez que las veo ese recuerdo vuelve a mi cabeza, por eso me da miedo subirme—. La note más tranquila pero decidí no preguntar nada más acerca del tema, no quería hacerla recordar momentos de su pasado que la dejaron marcada. —Mm, pues no quiero caminar hasta las otras escaleras así que subiremos por estás—. —Es que simplemente no puedo, mi cuerpo lo prohíbe—Miró las escaleras. Extendí mi mano y ella se quedó confundida, hice un gesto con mi mano para que la agarrara. —No tengo dinero—Habló—No, dame tu mano—. —Por qué razón querrías mi mano?—Preguntó—Solo dámela y cierra tus ojos, confía en mí—Tomé su mano y ella de inmediato cerró sus ojos.

Caminamos hasta estar sobre de las escaleras, y una vez que estuvimos sobre estas ella apretó mi mano con mucha fuerza. —Auch—Bomeé—Lo siento, estoy nerviosa—Se aferró más a mí—Abre tus ojos—Tomé fuertemente su mano—Que! No, ni de broma—. —Abrelos no te pasará nada, si no te gusta solo los vuelves a cerrar—. Ella asintió con la cabeza y entre abrió sus ojos mirando lo bonito que se veía desde allí arriba. Habían unas luces brillantes de color violeta colgadas en todos lados y los rayos del sol entraban por el techo del mall que era de vidrio, era muy bonito y ella al ver esto abrió por completo sus ojos admirando la belleza del lugar, no pude evitar mirar sus ojos que brillaban más que la luna, parecía una niña pequeña cuando le regalan algo que había deseado por tanto tiempo.

—Y bien, qué te parece?—Pregunté—Es hermoso— Dijo sin desviar la vista del hermoso lugar—Gracias, ya lo sabía siempre me lo dicen—Bromeé—No tú no, el lugar—Bromeó haciendo una mueca de disgusto—Auch, dolió, pero yo también lo soy —Dije en tono arrogante.

Está chica era sin dudas diferente, otras chicas ya habrían querido besarme pero ella actuaba normal, ¿Era así, o solo era difícil? Terminamos de subir y caminamos hasta la tienda de instrumentos, ya que allí también vendían llaveros en formas de instrumentos, cuando entramos un chico con estilo parecido al de mi hermano se nos acercó.

—Hola buenas tardes! ¿En qué puedo ayudarlos?—Habló el chico acercándose hacia nosotros—Hola, estábamos buscando llaveros en forma de guitarra, ¿Podrías mostrarnos algunos?— Preguntó la pelinegra—Por supuesto linda, ven por aquí—

Lo dijo en tono amable pero ¿Porque linda?! Me puse serio al instante mientras caminábamos hasta donde estaban los llaveros.
El chico la miraba mucho, parecía admirar su belleza, y la verdad lo entendía ella era muy bonita pero no me agrado que él la mirara tanto. Después de todo yo sería el que la conquistaría. 

—Mira este es muy lindo— Dije pegándome más hacia ella.

Prometí AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora