Prometí Amarte

Tú puedes

𝐵𝒾𝓁𝓁

Tom me miró con una sonrisa en su rostro, lo miré con ojos llorosos, y él intentó hablar nuevamente—Se que no puedes hablar, no lo intentes—Dijo con voz débil, no podía verlo así, me hacía sentir tan mal.
Tom bajo su mirada hacia su mano, la cual tenía vendas.
—Tom—Hablé con dificultad, él dirigió su mirada hacia mí, le hice una seña haciéndole saber que todo iba a estar bien, pero en ese momento la maquina que marcaba los latidos de Tom comenzó a sonar más fuerte, volteé a mirarlos nuevamente y sus ojos estaban cerrados, la caja sonaba cada vez más fuerte y no sabia que hacer.
Salí corriendo de la habitación y choqué con un doctor.

—Ayúdame, mi hermano—El doctor me miró confundido, sabía que me había entendido nada, por eso lo tomé de la mano y lo guié hacia la habitación, él al instante se dió cuenta de lo que quería decir y me indicó que saliera de la habitación. Luego de un rato el doctor volvió a salir pero esta vez fue a llamar a más enfermeros. Me había preocupado, ¿qué le estaba pasando a mi hermano? No quería que le pasara nada, intenté ver por la cerradura de la puerta, pero la vista era casi nula, solo veía como todos iban de acá para allá. Ahora si me estaba preocupando, en ese momento llego Gustav y me abrazó, —Bill, por favor, vallamos a la sala de espera—Sin responder, me tomó la mano y comenzó  a llevarme a la sala, mis ojos estaban cansados, tenía demasiado sueño y ya no podía pensar con claridad, en cualquier momento iba a quedarme dormido. Claramente luego de un rato me había quedado dormido.

Me desperté con unas manos sacudiendome despacio, abrí mis ojos con pero rápidamente los cerré por las luces, luego volví a abrirlos y me dí cuenta que era Gustav. —¿Qué sucede?—Pregunté poniéndome de pie, ahora mi voz estaba un poco mejor y podía hablar—Es Tom...—Gustav bajó su rostro—¿QUÉ? ¿Qué le pasó?—Gustav no respondió—Gustav, Habla!—Puse mis manos en sus hombros para que me mirara—No sé que le paso... Pero los doctores llevaron una de esas maquinas para darle electricidad—No entendí a que se refería—¿Qué? Sé más especifico, Gustav—
—Tom tiene probabilidades de morir!—Georg llegó, y tomó a Gustav del brazo—No se lo digas así!—Gritó Georg—¿Y que quieres que haga? También estoy muy preocupado y él solo hace preguntas absurdas—Georg sin decir nada volteó a mirarme, pero yo ya me había dado cuenta de todo. Sin pensarlo dos veces corrí hacia el ascensor para ir a la habitación de mi hermano.
—No, Bill, espera!—Reconocí la voz de Goerg  a la distancia pero lo ignoré, cuando había llegado a la puerta dudé antes de poner mi mano en la manija, cuando entré a la habitación puede que mi hermano... No, no me importa, entré y miré a mi hermano lleno de cables y tubos, volteé hacia donde alguna vez estuvo Isabella, también conectada a muchos cables, solo que ahora ya no estaba.
Me acerqué a él, —Tom...—Sus ojos estaban cerrados y tenía un respirador en su cara, era como si estuviera profundamente dormido...
—Tú sabes que yo...—En ese momento Tom comenzó a tener compulsiones, me asusté, pero había llegado un doctor.
—A un lado!—Gritó, fui a una esquina de la habitación y él doctor nuevamente comenzó a reanimarlo, estaba muy mal, no sabía que hacer y sentía que solo estaba estorbando. Miré asustado la puerta a mi lado, que se abría con fuerza, de ella entraba un equipo de enfermeros, volteé a ver el doctor nuevamente. —¡Tiene una emorragia interna, lo estamos perdiendo!—
Mis ojos se dispararon hacia Tom, el cual yacía en la camilla completamente inconsciente, y en ese momento me di cuenta de lo que estaba pasando, ¡Mi hermano iba a morir!
—No! Por favor—Grité, lo que provocó que todos voltearan a verme—Por favor Tom, tú puedes—Intenté correr hacia él pero dos enfermeros me sacaron de la sala. Afuera encontré a los chicos y se notaban preocupados—Donde estabas, Bill!—Demandó Gustav. Sin decir una sola palabra me heché a llorar en sus brazos desconsoladamente, los dos me abrazaron y luego de un rato Georg habló: —¿Qué pasa, Bill?—. —Tom... Tom va a morir—Lloré—¿Qué?!—.