La sorpresa más linda

52 5 0
                                    

                             𝒯𝑜𝓂
Ya estaba todo listo, solo faltaba que mi bella novia llegara. Estaba muy emocionado por su reacción, y aunque fuera un poco exagerado solo por cumplir un mes no me importaba.

𝐼𝓈𝒶𝒷𝑒𝓁𝓁𝒶

—Vamos Bill!—Exlamé enojada, pero Bill aún estaba nervioso por entrar a la joyería dónde se encontraba la castaña
—Me dan nervios—Bill volteó a verme con sus manos temblorosas—Pero si no lo intentas no sabrás si de verdad le gustas—Dirigí mi mirada hacia el pequeño reloj que adornaba mi muñeca—Ya son las seis!—Bill me miró con pánico—Esta bien, no importa. Otro día le hablaré, ahora debo llevarte a tu lugar con Tom—Él pelinegro me tomó del brazo y comenzó a correr hacia el estacionamiento.
—No hay tiempo para escaleras mecánicas, iremos por las normales—Bill ignoro las escaleras mecánicas y paso a un lado de ellas, bajamos por las escaleras normales, tan rápido que en poco tiempo ya estábamos en el auto de Bill. Éste sacó el seguro rápidamente abrió la puerta y me tiró dentro.
—Auch Bill!—Me quejé, pero el solo me ignoro y puso las bolsas de regalos en la parte de atrás, subió al asiento del conductor y comenzó a salir en  marcha atrás.

𝒯𝑜𝓂

Dios! Que nervios, solo faltaban minutos para que mi novia llegara y ya quería verla, comencé a a acomodar algunas cosas que me faltaban para matar el tiempo.
—Bien, solo este corazón un poco más hacia la izquierda... Mmm o mejor hacia la derecha? Ash! No lo sé—Estaba muy indeciso y no sabía que hacer. «Calma Tom» ¿Por qué estaba tan nervioso? La razón era porque yo nunca había tenido una novia antes, es decir si había estado con chicas, pero solo por una noche, nunca había amado a alguien de verdad, por eso no sabía cómo ser un buen novio.
Mire la hora en mi teléfono celular, ya faltaba poco para que Isa llegara, así que fuí hacia la entrada de nuestro lugar para esperarla.

𝐼𝓈𝒶𝒷𝑒𝓁𝓁𝒶

Bill iba lo más rápido que podía y la verdad me daba un poco de nervios.
—Bill, vamos a morir!—Se que estaba exagerando, pero así era yo—No vamos a morir tonta, mira esto—Bill comenzó a hacer unas maniobras con el volante y eso hizo que me cagara del miedo.
—Bill ya para!—Grité con todas mis fuerzas. Al parecer mi grito fue muy desesperado porque hizo que Bill parara de una vez. Bill me miró con un poco de pánico ya que pensó que algo me había sucedido.
—Estas bien?—Preguntó—Si no lo ves?!—Estaba muy enojada y él solo reía a carcajadas por mi rostro, pisó nuevamente el acelerador y comenzamos a acercarnos hacia mi lugar con Tom.
Ya habíamos llegado solo faltaba que Bill aparcara el auto y ya podría al fin verme con Tommy.
Bill aparcó el auto al lado del auto de Tom, bajé sin pensarlo dos veces y corrí a abrazar a Tom, él correspondió a mi abrazo y comenzamos a balancearnos de un lado al otro. Luego él se apartó de mí y puso sus manos en mis mejillas delicadamente.
—No sabes lo mucho que te amo—Dijo el de rastas para luego besarme con dulzura. Correspondí su beso y podía sentir como mis hormonas iban de un lado al otro haciendo que sintiera una sensación de seguridad.
—Mchr-mchr—Bill se aclaró la garganta, me serapré rápidamente de Tom y ví a Bill con las bolsas en sus manos. —Bien, ya basta mucho amor, ten—El pelinegro me  entregó las bolsas y yo le sonreí—Gracias por todo Billy—Le dí un abrazo y Tom hizo lo mismo—Gracias por traer sana y salva a mi novia—Tom abrazo con fuerza a su hermano—Es un milagro que esté sana y salva—Murmuré, Bill comenzó a reír y Tom nos miraba con confución.
—Bien tortolos, debo irme—Mi cuñado nos saludo por última vez y luego subió nuevamente a su auto para irse.
Ahora estábamos solo yo y Tom, él sonrio hacia un lado y me indicó que fuera por al camino para ir hacia nuestro lugar, pero en el transcurso Tom tapó mis ojos con sus manos, no cuestione nada y solo hice lo que él me dijo.
—Cuando te diga quiero que abras tus ojos—Indicó el de rastas. Asentí con entusiasmo y cuando Tommy dió la indicación abrí mis ojos de par en par.
Me quedé completamente atónita, mi respiración se agitaba y sentía algo en mi estómago. Había un arco enorme hecho de flores y en medio habían un montón de globos en forma de corazón, en el suelo había muchos regalos, chocolates, más flores etc.
Estaba estática en mi lugar, mi boca estaba abierta y no sabía cómo reaccionar.
—Y bien?—Dijo Tom pasando sus manos por mi cintura con delicadeza.
—Tom...—
—Sí?
—Esto es bellísimo, pero mis regalos no son así de impresionantes...—
Tom no respondió, solo me dió la vuelta y comenzó a mirarme con ternura—Sabes que eso no importa, lo importante es que te tengo a mi lado Isi, y que me haces muy feliz—Él me abrazó con fuerza y yo correspondí su abrazo, podía sentir el calor de nuestros cuerpos mientras cerraba mis ojos y disfrutaba el íntimo momento que estábamos teniendo.

Prometí AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora