Siempre estaré contigo

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                                                                                  𝐼𝓈𝒶𝒷𝑒𝓁𝓁𝒶

Habían pasado unos 4 meses desde que conocía a Tom, nos hicimos muy unidos y se lo presenté a mis padres, ellos lo tacharon como buena persona y sabían muy bien que él siempre me cuidaría mucho, por eso me daban permiso para salir con él y para que se quedara a dormir en casa.

Chat Tom y Isabella:

Tom: Ey, enana

Isa: Que sucede tomate?

Tom: Voy de camino a tu casa.

Isa: Pero no me avisaste que vendrías!

Luego de que mandé el último mensaje Tom no  contestó, sabía que estaba viniendo a verme, así que me levanté de mi cama y me dirigí hacia la sala de estar. Estaba sola ya que mis padres se habían ido a cuidar mi abuela. Ella aún estaba enferma pero el tratamiento estaba dando resultados.

(...)

Luego de unos minutos tocaron la puerta principal y corrí a abrirla.

—Hola enana!—Dijo el de rastas mientras me abrazaba.

—Hola tomatito!— Le devolví el abrazo y luego de unos segundos nos separamos y él entró al interior de mi casa—Mañana pasaré por ti para llevarte a la escuela—Habló él mientras tomaba asiento en el sofá—No quiero. No quiero levantarme temprano—Me quejé—No, no vas a faltar. Si mañana vengo y no estás vestida te sacaré de la cama y te llevaré desarreglada—Yo sabía que él era totalmente capaz de hacerlo, así que no me quedo de otra que aceptar—Ash! Está bien—Rodeé mis ojos.

En ese momento él se levantó y me tomó por mis mejillas, haciendo que nuestros rostros esté a tan solo centímetros de distancia, podía sentir su respiración tensa mientras miraba sus hermosos y profundos ojos.—Hablo en serio enana—Habló dominante. Él este último mes estuvo muy raro, me abrazaba mucho, me besaba en las mejillas y no se quería separar de mi en ningún momento. Era algo muy raro—Si, escuché—Bufé.

El se separó de mí y me miró mientras sonreía hacia un lado, pude sentir como mis mejillas ardían y mis manos estaban sudorosas.
Cada vez que él tenía esas raras acciones sentía algo en mi estómago y mis mejillas se tornaban de un tono rojizo.

¿Que era lo que me sucedía?

En realidad, yo sabía muy bien lo que me pasaba, me estaba enamorando, pero decidí no decirle nada, después de todo, yo pensaba que él me veía solo como una amiga y eso era lo que éramos. Solo amigos..

—Oye Isi, ¿Vamos al parque?—Propuso Tom—Si, vamos!—

Él tomó las llaves de la puerta y salimos, no fuimos en el auto ya que el parque quedaba a solo unas cuantas casa. En el camino íbamos hablando y riendo hasta que llegamos al parque. Nos dirigimos hacia un árbol muy bello para poder sentarnos bajo el.

—Espérame aquí, ya regreso—Habló Tom mientras yo tomaba asiento en el pasto—A dónde irás?—pregunté antes que se fuera—Solo iré a comprar helado—. —Ya sabes cuál es mi favorito—Dije sacando mi lengua hacia un lado—Si, ya se cual es—Rodeó sus ojos.

Reímos los dos y él se dirigió hacia el carrito del señor que vendía helados.
Luego de unos segundos perdí mi mirada en cualquier punto fijo, y de repente sentí como alguien tropezaba conmigo. Un chico que iba leyendo un libro no me vio sentada en el pasto y sin querer piso mi pie.

—Auch!—Me quejé mientras sobaba mi tobillo—Perdón! No fue mi intención, no te vi—El chico se inclinó para ver como estaba.

Levanté mi rostro para poder ver quién era este estúpido chico, y o por Dios. Pude observar unos hermosos ojos de color verde con un tono color miel, desvíe mi mirada de sus ojos y noté que tenía el cabello castaño y piel bronceada, tenía unas zapatillas negras, un pantalón de jean negro y una remera ancha de color blanco. Tenía un rostro de preocupación mientras ponía sus manos en mi pie.

Prometí AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora