Big Bad Wolf (NARUHINA)

Capitulo 20

Yukine estaba muy asustada y ansiosa. Esperaba en la oficina de un viejo edificio, donde había acordado reunirse con un hombre que decía poder ayudarla. Hacía solo unas horas, a su teléfono le había llegado un fragmento de video donde ella aparecía ofreciendo a su hija Shion a un congresista a cambio de favores políticos. Junto al video, había una nota que decía:

"Sé lo que hiciste con tu hija y con el congresista. Si no quieres que esto se haga público y arruine tu vida y la de tu prometido, ven a este lugar y hora y trae todo el dinero que puedas. Si no vienes o si avisas a alguien, enviaré este video y otros más a todos los medios de comunicación y a las autoridades. No intentes engañarme o te arrepentirás. Te estaré esperando."

Yukine se había quedado helada al ver el video. No podía creer que alguien hubiera grabado ese momento tan comprometedor. Ella sabía que si ese video se difundía, su reputación y la de Hiashi se irían al traste. Además, temía la reacción de su prometido, quien era muy celoso y posesivo.

Ella no sabía quién era el chantajista ni qué quería realmente. Pero no tenía otra opción que hacer lo que le pedía. Ella no podía arriesgarse a perder todo lo que había conseguido con tanto esfuerzo. Ella había trabajado duro para convertirse en un testaferro y en la socia de Hiashi en el tráfico de drogas. Ella había soportado muchas cosas para llegar hasta donde estaba. Ella no iba a dejar que nadie le quitara lo que era suyo.

Ella había salido de su hotel sin avisar a nadie, ni siquiera a Hiashi, quien creía que ella estaba en un viaje de negocios. Ella había tomado un taxi hasta el lugar indicado por el chantajista, llevando consigo una maleta llena de dinero. Ella esperaba que eso fuera suficiente para comprar su silencio.

Ella entró al edificio, siguiendo las instrucciones que le habían dado por teléfono. Era un lugar sucio y abandonado, lleno de basura y grafitis. Ella subió por unas escaleras hasta el tercer piso, donde había una puerta con un cartel que decía "Oficina". Ella tocó la puerta y esperó.

La puerta se abrió y apareció un hombre con aspecto de maleante. Tenía el pelo largo y sucio, la barba descuidada y cicatrices por todo el rostro. Llevaba una chaqueta de cuero negra y unos jeans rotos. En su mano tenía una pistola.

- Hola, bonita. - Le dijo el hombre, con una sonrisa maliciosa. - Así que tú eres la famosa Yukine Hyga.

- Sí, soy yo. - Dijo Yukine, nerviosa.

- Me alegra que hayas venido. - Dijo el hombre, haciéndole un gesto para que entrara. - Pasa, pasa. No tengas miedo.

Yukine entró a la oficina, temblando de miedo. El lugar era pequeño y oscuro, lleno de muebles viejos y papeles tirados por el suelo. Había una mesa con una computadora y una silla giratoria. En una esquina había un sofá desgastado y una mesa baja con unas botellas vacías.

El hombre cerró la puerta tras ella y la siguió hasta la mesa.

- Bueno, vamos al grano. - Dijo el hombre, sentándose en la silla giratoria y encendiendo la computadora. - Tú sabes por qué estás aquí.

- Sí, lo sé. - Dijo Yukine, poniendo la maleta sobre la mesa y abriéndola para mostrar el dinero. - Aquí está lo que me pediste.

El hombre miró el dinero con codicia y asintió con satisfacción.

- Muy bien, muy bien. - Dijo el hombre, contando los billetes. - Veo que has sido obediente.

- Sí, lo he sido. - Dijo Yukine, con voz temblorosa. - Ahora, por favor, borra ese video y déjame ir.

- Claro, claro. - Dijo el hombre, fingiendo comprensión. - No te preocupes, todo saldrá bien.

El hombre terminó de contar el dinero y lo guardó en la maleta. Luego, se levantó y se acercó a Yukine.