Capítulo 16

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Una tormenta caía sobre la cuidad y en la mansión Hyuga se estaba viviendo una desgracia. Hiashi regresaba de su trabajo y al no ver a su mujer le importó muy poco. Subió a su habitación. Ya hacía más de tres meses había dejado a su esposa, pero él aún vivía en la casa. Sus hijas aún debían estar en la escuela. Pasó por la habitación de su esposa y por primera vez en tanto tiempo se decidió a entrar. La imagen frente a él le destrozó el corazón.

Hana, su esposa con quien había vivido tantas cosas, estaba recostada sobre su cama con las sábanas manchadas de sangre y apenas podía respirar.

Hiashi corrió y la tomó entre sus brazos.

- ¿¡HANA!? - gritó intentando que abriera los ojos y poderle preguntar quién le había hecho esto.

- ¿Hi...Hiashi? - con las pocas fuerzas que le quedaban, Hana acarició el rostro del hombre que amó. - Gracias al cielo no fueron las niñas quienes me encontraron. - Volvió a toser violentamente un poco de sangre.

-¿Hana, qué pasó? ¿Quién te hizo esto? - Hiashi por primera vez en su vida sintió miedo. Ver a su esposa en esa situación le hizo entender que aún la amaba, que su matrimonio solo había caído en la monotonía y la rutina, y él en vez de luchar por su matrimonio lo dejó a un lado y ahora estaba a punto de perder a la madre de sus hijas.

- Na...nadie- jadeó - mi enfermedad avanzó demasiado- Hiashi se sorprendió al escuchar eso.

-¿Desde cuándo? ¿Por qué no me lo dijiste? - Hana le sonrió y Hiashi sintió como sus mejillas se humedecían.

- Tú eras feliz...- Hana volvió a toser más sangre - No... No... quería quitarte eso. - Hiashi no podía sentirse más miserable. Hana tomó el rostro de Hiashi con ambas manos.

- Cuida... a... las niñas- volvió a toser - enséñales... a cuidarse entre ellas... míralas crecer... y... no dejes que caigan... en las... manos de... malos hombres... - Hana acercó su rostro al de Hiashi y pegó su frente junto a la de él. - Tienes que llevar a las niñas al altar.

Hiashi comenzó a ahogarse con las lágrimas que salían.

- Te... amo... lamento haber sido una molestia...- con sus últimas fuerzas, Hana logró besar a Hiashi y cerró los ojos para siempre.

- ¿¡HANA!?- la sacudió en un intento desesperado de que abriera los ojos. - ¡HANA! No me hagas esto, perdóname, sé que hice mal pero no me hagas esto, no me dejes solo, las niñas te necesitan, yo te necesito... Perdóname...

- ¡HANA! - Hiashi gritó desesperado, miró a su alrededor. Estaba en su habitación y a su lado estaba su prometida muy molesta. - Otra vez tuve esa pesadilla... no... otra vez recordé el día que te perdí, Hana.

Se levantó y miró la cara de desaprobación de su prometida.

- No lo puedo creer, otra vez gritando el nombre de esa muerta. - Su voz sonaba molesta pero más molesto estaba Hiashi al oír lo que había dicho su prometida, así que la tomó por el cuello y la empezó a asfixiar.

- A mi mujer la respetas, recuerda que lo nuestro solo es por conveniencia. - Hiashi la soltó y salió de la cama. Hoy sería una horrible mañana para él.

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Naruto estaba nervioso. Estaban en campo abierto, cualquiera podría atacar aunque tenían un ejército de guardaespaldas. Hacía una semana les habían dado el alta a Hinata y Neji.

Estaban en el cementerio. Hoy se conmemoraba el aniversario de la muerte de la madre de Hinata y ella había insistido en ir a orar y dijo que quería que Naruto la acompañara.

Big Bad Wolf (NARUHINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora