Naruto es un joven abogado extremadamente apuesto conocido con el apodo de kyuby lo que muchos no saben es que es apodado así porque es una bestia en la cama pero no en el buen sentido pues las mujeres que están con el no soportan más de diez minuto...
La habitación tenía un ambiente tranquilo. Hinata estaba boca abajo mientras Naruto, que estaba de costado, la abrazaba disfrutando el calor de la piel del otro.
- Me sorprende que con una vez fuera suficiente para ti - Hinata se dio la vuelta y quedó frente a Naruto.
- No es suficiente. La verdad es que si mi cuerpo estuviera al cien, tú aún seguirías gimiendo.
Hinata se puso pálida ante tal comentario, pues recordó que la primera vez que lo hicieron él estaba ebrio y aún así lo hicieron cinco veces.
-Eres una bestia lujuriosa - sonrió nerviosa y trató de huir por su seguridad, pero Naruto la aferró más a él y comenzó a reír.
- Claro que no soy así. Solo que tu cuerpo me encanta. Bueno, y no solo eso. De verdad me gustaría conocerte, que salgamos a comer o a perder el tiempo, pero que estemos juntos.-
- Eso es lindo, pero difícil de creer para un hombre con fama de coleccionista de mujeres.-
- Sé que no confías en mí. Entiendo el porqué, pero ya eres una mujer grande y si te lastimaron antes, sé que ahora eres menos ingenua. Así que si ves algo raro en mí, sabrás qué hacer.
- Ahora que lo pienso, aún no te he perdonado.
- Y eres lista. Ya cambiaste el tema. Está bien. ¿Qué hago para que me perdones? - pegó su frente a la de ella.
El ánimo de Hinata se apagó y eso preocupó a Naruto, así que acarició su mejilla y luego la besó.
- Pídeme lo que quieras. Haré lo que sea para borrar esa triste expresión de tu rostro.
Hoy por la noche, mi padre dará una fiesta para celebrar su compromiso con una mujer que, la verdad, odio. Tomó una pausa y vio directamente a los ojos a Naruto. Él quiere que asista con la excusa moral de que soy su hija...
- Claro que iré contigo - Naruto no dejó terminar de hablar a Hinata. - Sé que necesitas a alguien a tu lado que pueda apoyarte. - Naruto ya estaba sobre Hinata, viéndole directamente a los ojos.
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• Sólo iré por una cosa y es salvar a mi hermana.
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Sakura e Ino tenían atado a Kiba, listo para usarlo como ariete para derribar la puerta de Hinata.
- ¡SON UNOS ENGENDROS DEL MAL!
El pobre castaño gritaba por su vida, pero ellas lo ignoraban y, con uso de fuerza sobrehumana, usaron la cabeza del castaño para abrir la puerta.
Un estruendo inmenso se escuchó en la habitación, acompañado de una pared de humo que asustó a Naruto y Hinata.
Naruto salió de la cama y abrió una ventana, intentando disipar la nube de humo que se extendió en la habitación.
