Naruto es un joven abogado extremadamente apuesto conocido con el apodo de kyuby lo que muchos no saben es que es apodado así porque es una bestia en la cama pero no en el buen sentido pues las mujeres que están con el no soportan más de diez minuto...
En una habitación de hotel se escuchaban los besos desesperados, eran bruscos, desabridos y aquella mujer que colgaba de su cuello de manera exagerada y apretaba su miembro sobre la ropa, cosas que solo le dio asco era irritación Naruto, "kyubi quiero que me lo hagas hasta desmayarme" ella intentó arañar su pecho desnudo, pero la detuvo de inmediato, con un tono de molestia muy grande.
"Ni se te ocurra hacer eso" , asustó a la mujer, ya que se veía molesta. Se dio la vuelta y tomó el resto de su ropa, que estaba perfectamente doblada en uno de los sillones al lado de la cama, pues detestaba que las mujeres con las que estaba tocaran, arrugaran, impregnaran de perfume o mancharan su ropa. Pero lo que más odia o mejor dicho repudiaba y enfurecía era que lo llamaran por ese maldito apodo mientras estaban con él. Dejó dinero en la mesa para el taxi y salió discretamente de aquel hotel ignorando los gritos molestos e insultos de aquella mujer. Su hora de almuerzo había acabado; subió a su auto y condujo a toda velocidad hasta el bufete y fue directo a su oficina, cerrando la puerta con un iracundo golpe.
"¿Cómo es que todo volvía al maldito comienzo?", era la pregunta que Naruto se hacía una y otra vez, aunque la respuesta era sencilla.
Fue obligado a regresar a su vida de siempre gracias a las palabras de su amigo. Después de que le contó lo que había pasado detrás del bar, Sasuke se enfadó, diciéndole que una mujer debe ser respetada y que si quería algo con ella tendría que actuar de otra manera. Tenía razón, pero él no sabía cómo hacer eso, por lo que optó por volver a lo que ya conocía; pero había un problema: todo empeoró. Si antes le costaba una erección, ahora su pene se mantenía flácido en todo momento y hora más que nunca odiaba que las mujeres trataran de dejar alguna marca sobre su piel o su ropa. Había intentado estar con varias mujeres en esas últimas 36 horas y al parecer su pene se negaba a reaccionar a otra mujer que no fuera la pelinegra.
Se reclinó sobre su asiento y puso sus manos sobre el rostro "solo ella puede marcarme como suyo" hablaba como si una brisa se llevara sus palabras y así llegaran a ella. Quería que Hinata supiera esa verdad, pues con la pelirroja todo era distinto; solo ella despertaba su cuerpo de maneras inimaginables; solo esa mujer lo llevaría al cielo y al infierno al mismo tiempo. Con ella no le importaba un carajo que su ropa se dañara o manchara y llevaría cada marca que Hinata dejara sobre su cuerpo con orgullo.
"Es en serio, Naruto, tenía que ser mi secretaria", Sasuke entraba iracundo a la oficina y le daba un golpe en la cabeza al rubio.
"Ella era la que quería, no yo", tomó su taza de café e ignoró olímpicamente a su amigo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Y es que no puedes decirle que no, pensé que te interesaba la chica llamada Hinata" Golpe bajo para Naruto.
Tú fuiste el que me dijo un montón de cosas acerca de ser caballero y no sé qué más. Así que, simplemente, volví a mi vida -Naruto comenzó a teclear en su ordenador, dando por terminada esa conversación, según él.
