Capítulo cinco

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Al caer la noche Min caminó hasta la habitación donde dormían sus padres, se fijó que su madre no estuviera cerca y al confirmarlo entró

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Al caer la noche Min caminó hasta la habitación donde dormían sus padres, se fijó que su madre no estuviera cerca y al confirmarlo entró.

—Papá —habló, el hombre levantó la mirada de su libro y le sonrió.

—Hijo —Yoongi caminó hacia él y le entregó la tarjeta de aquellos alfas—. ¿Qué es esto?

—Cuatro hombres te estuvieron buscando esta tarde, no sé quiénes eran. Tres alfas y un beta. Se veían como los hombres que en el pasado...

No pudo terminar de hablar porque el tono de voz de su padre hizo que se encogiera del miedo. La expresión facial del beta había cambiado a una aterradora y ahora su molestia se podía sentir desde la entrada de aquella diminuta casa.

—¡Cállate! —Yoongi tembló—. Eso es tema del pasado y en esta casa no se toca ni se habla de eso, mucho cuidado Min Yoongi.

El mencionado asintió varias veces lleno de miedo y luego salió de la habitación con rapidez.

No odiaba a su padre, al contrario, lo amaba como a nada en el mundo; pero Christopher era un hombre muy estricto y de carácter fuerte, tanto así que el chico le tenía un poco de miedo.

Quiso llorar, decirle que por favor le explicara esta situación, pero el hombre se negaba a revivir el pasado que habían vivido él y su familia. Se negaba a contarle la raíz de sus problemas, se negaba a todo.

El omega caminó a su habitación y se sentó sobre su cama mientras tomaba el libro más cercano, era su única forma de distracción para no comerse la cabeza con lo que había acabado de pasar en la habitación de sus padres.

Yoongi amaba leer, casualmente su padre fue la persona que le inculcó desde pequeño que los mundos que encuentras en los libros te enseñan y te guían en el tan complicado y atroz mundo de la vida, especificamente de la suya.

Por otro lado, vivían en uno de los peores barrios de Seúl, pero el sueldo de sus padres no les daba para más o eso quería creer Yoongi.

Su habitación era demasiado pequeña, solo entraba su cama y una caja con sus libros, las paredes estaban llenas de moho y humedad, el olor para una persona nueva podría ser desagradable, pero Min estaba más que acostumbrado.

Llevaba años sin poder disfrutar de un libro nuevo, así que en ocasiones solo iba a alguna librería y se distraía allí.

Ding dong.

El sonido del timbre hizo que Yoongi se levantara de su cama, pero no salió de su habitación pues pronto escuchó una conversación.

Dulce omega ; jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora