Dulce omega ; jimsu

Capítulo dieciocho

El celo de Yoongi solo estuvo presente durante tres días, pero los efectos secundarios quedaron en él durante casi una semana, así que por recomendaciones de Taehyung ambos se quedaron allí hasta el último día en el que el omega se sintió aún incómodo por culpa su calor.

Finalmente el domingo llegó, el último día que estaría allí.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Jimin.

—Feliz, gracias por esta semana, creo que ha sido la más especial de mi vida —sonrió y giró su cabeza para poder ver mejor a Park—. También gracias por ayudarme con mi celo.

El rubio asintió con emoción, ambos estaban acostados sobre el césped mientras recordaban los bonitos momentos que habían vivido durante aquellos días.

—De nada, fue un total gusto para mí —Yoongi se sonrojó en demasía, sus momentos de calor intenso ya habían desaparecido así que para él era un poco vergonzoso recordar lo ocurrido ahora que estaba sobrio.

Los minutos pasaron y ambos chicos notaron que el clima se hacía cada vez más soleado, fue por ello que decidieron ir al río que habían descubierto días atrás y que adornaba sus oídos todos los días con el dulce sonido del agua.

—Voltéate —dijo Yoongi cuando estaba por quitar sus jeans.

—¿Por qué debería? —inquirió—. Te vi más allá de eso.

—Irrespetuoso —gruñó el más bajo, Jimin solo rió mientras quitaba sus prendas hasta quedar en boxers, Min decidió quedarse con aquella enorme camisa que cubría hasta la mitad de sus muslos.

—¿Tus boxers son rosas? —habló Park con burla, Yoongi solo pataleó.

—¡Lo son! Además ya los viste antes, ¿por qué solo lo notas ahora? —al ver cómo el omega se encogía de hombros Min solo le dio un leve empujón, sabía perfectamente que diría alguna tontería—. Cállate, no quiero saber. ¿Cómo es posible que seas un omega recesivo y te comportes más dominante que yo?

Ambos rieron mientras Jimin sonreía con orgullo. Luego de eso entraron al agua y jugaron durante horas entre diversión y uno que otro beso travieso que se escapaba entre ellos.

Jimin sacó en algunas ocasiones varios peces del agua pero los tuvo que devolver allí rápidamente porque solo recibió quejas de Yoongi diciendo que los dejara en paz y que seguramente tenían familia.

—¿De verdad crees que tienen algún tipo de familia? —preguntó con curiosidad

—¡Sí! —pataleó—. Dejalo en paz Jiminie, solo quieren nadar y ser felices.

—Los dejaré en paz solo si tú me prometes algo —sonrió con cierta malicia y Yoongi arqueó una ceja.

—¿Qué? —preguntó curioso.

—Que me des un beso.

—¡Deja al pez en paz! —gritó cuando vio que poco a poco se dejaba de mover, en ese momento Jimin entendió que el chico no bromeaba y decidió dejarlo en el agua otra vez, ambos respiraron con tranquilidad al ver cómo volvía a la normalidad.

Park sonrió al sentir los labios del omega sobre los suyos, realmente había cumplido.

꒰ ੭

Antes de que finalizara el día ambos omegas decidieron ir a la parte trasera del jardín, era igual de verde y preciosa, solo que allí estaban plantaciones de frutas.

Ambos llevaban sombreros de paja que cubrían sus rostros del potente sol, el de Yoongi era un poco grande así que con una delgada cuerda estaba atado en su mentón en un bonito moño que apretaba sus regordetas mejillas.

Llevaban sus canastas, los dos listos para recolectar la más deliciosa fruta del lugar. Park estaba recogiendo algunas fresas mientras que Min parecía ser el omega más feliz mientras tomaba todas las mandarinas que encontraba por el lugar.

—¡Ah este lugar es tan genial! —habló el pálido, Jimin asintió sonriendo.

—Ojalá nos quedáramos aquí para siempre, ¿no crees? —el omega asintió emocionado, la idea hacía que su corazón latiera desbocado.

—También podríamos tener algunos cachorros —Park se congeló allí mismo. Estaba tan seguro que ese capricho de Min era solo por su celo que nunca creyó que el chico seguía pensando lo mismo.

—Ya hablamos de eso cariño —Yoongi se encogió de hombros.

—Podemos adoptar, no tengo ningún problema con eso.

—Somos muy jóvenes para eso —dijo nervioso.

—En un futuro —Jimin no pudo evitar sentirse casi en las nubes, ¿acaso el omega veía un futuro junto a él?

—Me parece una buena idea —habló con su corazón lleno de felicidad.

En ese momento Yoongi se acercó a él sonriendo, llevó su mano a la canasta de Park y sacó una fresa.

—Espero tener un futuro junto a ti —llevó la fruta a los pomposos labios de Jimin y el chico la mordió, delicioso—. Mi dulce omega.

—Un futuro contigo estaría de maravilla, viviendo juntos al lado del río, con nuestros cachorros corriendo por todo el lugar —Min se sonrojó por completo y no pudo evitar sonreír.

—Dame el placer de ser tu novio Jimin —su nombre sonaba tan dulce cuando salía de los labios de su chico, del amor de su vida, de su omega.

—Al fin puedo llamarte mío —respondió el más bajo en un suave susurro que logró acariciar el alma del peli menta.

Eran dos omegas, de su misma casta y además de eso compartían olor. Era una aberración a ojos de los demás este tipo de relaciones, pero a ellos no parecía importarles; eran dos adolescentes que estaban aprendiendo amar, que estaban descubriendo que tan dulce y amargo puede ser el amor a la misma vez, descubriendo juntos y viviendo juntos.

Siendo solo dos chicos que estaban junto a su primer y más puro amor. Ese que nunca se olvida, que nunca se supera y que por más que pase el tiempo, los años y las décadas seguirá sintiéndose como una caricia al corazón, como el mejor recuerdo de la juventud. Eso eran Park Jimin y Min Yoongi.

Allí se besaron nuevamente y como siempre había sido, bajo un radiante sol, con las mariposas aleteando a su alrededor, con el sonido de los pájaros y el sabor de unos labios cubiertos de fresa.