Morir, esa es la palabra que resumía todo lo que sentía en ese momento, la mujer que había elegido para compañera de vida estaba muriendo lentamente y yo moría igual. Luego de haber hablado con ella pensé muchas cosas, me reproché otras y decidí unas más. De algo estaba muy seguro, amaba a Nicoletta y ningún puto cáncer iba a quitarme la dicha de hacerla mi esposa, después de tanto insistirle la llevé a que tomara sol en la terraza de su habitación, respirar el aire puro era bueno para ella. Estaba con los ojos cerrados disfrutando de los rayos del sol, aproveché la oportunidad y le coloqué una cajita en su regazo a la par que me hincaba frente a ella. Nicoletta abrió los ojos y sorprendiéndose al verme en esa posición, miró la cajita y nerviosa la tomó, sus lágrimas salían sin control.
— Stefano yo no...
— Claro que puedes aceptarlo— la interrumpí—, sabes que quieres aceptar.
— No fui sincera contigo, Stefano voy a morir en cualquier momento.
— Sé que no fuiste sincera y ya entendí que era difícil decirme que estabas enferma cuando ya estábamos enamorados. No puedo imaginarme lo que pasaste, pero si sé lo que pasé yo. Mi amor, mi mundo se fue cayendo a pedazos de a poco, fue un infierno estar sin ti.
— Todo mi mundo se quedó ese día en Lecco, tú me devolviste la vida.
— Entonces no permitas que un cáncer nos quite la poca felicidad que nos queda— tomé la caja y saqué el anillo que le había entregado en Lecco colocándoselo en su dedo anular—. Acepta ser mi esposa y seamos felices.
— Feliz me has hecho desde el día que tropezamos en la plaza, casémonos amor mío— me sonrió entre lágrimas y la besé repleto de amor.
ESTÁS LEYENDO
BARCO DE PAPEL
RomanceLos barcos de papel eran mi juguete preferido y cuando estaba en el lago sentía que era un capitán grandioso que comandaba una flota de guerra, cuando se hundía porque ya no soportaba estar más a flote, lloraba mucho, entonces regresaba corriendo...