Niyūkyu

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Daisuke y Hiroshi habían sido los concubinos más favorecidos de Akane después de Ranma. Ambos eran eruditos que fueron pilar indiscutible para la realización de sus escuelas. Además habían demostrado una lealtad incondicional a la mujer. Aquello los hizo electos para comenzar a intercambiar misivas por medio de los informantes de Rio.

Como aprendices elegibles a asumir el puesto de sabios, se les permitió aprender los códigos militares para casos de emergencia. Por supuesto tenían prohibido revelar los significados de estos, así que se sintieron naturalmente asustados recibiendo una misiva de alguien exiliado pidiéndoles una reunión. El mensaje los tomó por sorpresa, al grado de permanecer algunos días sin saber qué hacer. La fecha propuesta para el encuentro se acercaba vertiginosa obligándolos a elegir.

—No está bien Daisuke. No deberíamos ir a reunirnos con la persona que mandó esto —Hiroshi se encontraba dando vueltas alrededor de su patio, vivían en una modesta residencia en el círculo cinco de la capital para tener fácil acceso a su trabajo.

—Pero debe ser cierto que hay algo importante en juego —Daisuke continuaba diciendo. No creía que la mujer predecesora de Shampoo fuera una mala persona. Se suponía que ella era el brazo derecho de la antigua emperatriz.

—La anterior señora del oeste podría querer vengarse de su Majestad. Ni tú ni yo podemos cargar con el peso de un crimen así. Deberíamos reportarlo a las autoridades.

—Tengo un mal presentimiento sobre esto. Hiroshi, tal vez deberíamos ir a revisar lo que pasa en realidad. Tal vez su excelencia Gosunkugi de verdad tenga algo que decirnos.

El aludido estaba a punto de recalcar los contras para hacerlo cambiar de opinión, cuando repentinamente una figura envuelta en ropa negra aterrizó en su patio—. Konatsu ¿Desde cuando estás aquí? —alarmado, Hiroshi respingó ante su presencia.

—Apenas he llegado. Su Majestad tiene algo importante para consultar. —No era extraño que estas tres personas se conocieran, Konatsu fungía como intermediario de Akane muchas veces, siendo el encargado de recoger los registros y listas de necesidades para las escuelas.

Sin demorar, extrajo los papeles de su traje para depositarlos en la mesa de té—. Necesita saber si pueden traducir este texto de alguna manera. —Hablando, se preparó para irse inmediatamente—. Es de carácter confidencial. Nadie más puede saber sobre esto. Regresaré a preguntar su progreso más tarde.

Tras sus palabras, se desvaneció en el aire prácticamente. Había estado siguiendo el papel que la escolta de Shampoo dejó en Kyushu durante todo su camino, naturalmente este cambió de manos muchísimas veces hasta terminar en la capital misma. De acuerdo al patrón de comportamiento para todos los intercambios que hubo entre los mensajeros de la cadena, era seguro decir que ese papel se movería hoy por la noche.

Se quedó alrededor del mensajero durante largas horas, hasta que finalmente un guardia de la capital recogió el mensaje. Con sigilo siguió el objetivo captando cómo era introducido a las paredes del palacio pos otro guardia ahí. Tal como esperaban, existían infiltrados en sus dominios. Konatsu se escabulló por los pasillos cuando dejaron el papel tras una tira de madera floja. Esperó y esperó hasta que un shinsoku que identificó como el antiguo concubino de Akane llegó para llevarse la carta. Incrédulo de encontrarse con él, de todas las personas.

A su vez, la emperatriz seguía el camino rumbo a las fronteras, se encontraba alojada en una posada a los bordes de la población limítrofe, quedándole solo día y medio de trayecto. Contempló los reportes hechos por sus informantes sobre la situación en el campo de batalla, sintiendo un peso menos cuando le notificaron sobre el descubrimiento de cada campamento rebelde dentro de los barrancones—. Sasuke ¿Cómo van las preparaciones?

—Los refuerzos del Sur han llegado y están cerrando todas las salidas de la garganta.

Ella asintió—. Entrega esto —devolvió la respuesta ordenando el enfilamiento de cinco mil arqueros en los peñascos más accesibles de la zona. También pidió incitar un nuevo conflicto a gran escala contra los enemigos dentro de dos días aunque con pocas reservas.

El guardia se retiró para realizar la encomienda, dejándola desvelarse con sus propios pensamientos. Se dedicó a contemplar las montañas frontales sin cambiar la expresión del rostro; aunque por dentro mantenía su sangre hirviendo a fuego lento. No había dejado a Shampoo con su comitiva por capricho, esos soldados impedirían cualquier intento de contacto con otro tipo de personas ya que estarían movilizándose por fuera de las aldeas.

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Los estandartes de Poliandría ondearon al viento, anunciando el arribo del ejército para completar la guarnición fronteriza. Shampoo cabalgaba liderando el lote sobre un fuerte caballo «que suda sangre», su armadura brilló bajo los rayos del amanecer dándole un aspecto etéreo y dominante. Al cuello de su capa llevaba el emblema imperial que representaba la autoridad superior. La autoridad de la emperatriz.

Murmullos se levantaron alrededor de la caballería recién llegada, ya fuera por los caballos de batalla que eran una bestia valiosa para el ejército o por la singular presencia encima del único corcel «metálico» presente—. Soldados, me gustaría encontrarme con el general Herb de infantería. Su Majestad me ha enviado a las líneas de frente para nuestra ofensiva.

El general de infantería recibió la noticia de su llegada provocando una aparición casi inmediata. Se inclinó con cortesía para saludarla y la llevó a la tienda militar principal, ahí la amazona fue informada con los avances del ejército así como la situación en las escaramuzas restantes. El aviso del halcón especificó a él avanzar con pocas tropas de infantería pesada -solo los mejores soldados que pudieran resistir- hasta concentrar la mayor cantidad de enemigos mientras ella se quedaba a cuidar los barracones.

El tiempo era escaso para reformar los contingentes de soldados con las nuevas reservas por lo que las tareas en manos de Shampoo le impidieron moverse de su posición, provocándole a su escolta sudor frío. Esperaba que el emperador ya hubiera creado contramedidas para los cañones del barco o todos sus esfuerzos se verían desperdiciados.

La situación con él no era favorable tampoco, debido a la intervención de Gosunkugi quedándose las misivas, se mantuvo ignorante de la situación hasta que por otra vía le llegó el informe de Shampoo presentándose en las fronteras con el emblema imperial— ¿Qué demonios está pasando? ¿Dónde está la emperatriz? —inquirió al informante, su rostro delicado se convirtió en la mueca depredadora de una bestia.

—Los informantes dijeron que no llegó al campo de batalla. Debió haber tomado otra vía.

—¿Qué sucede con Naguri?

—La escolta de la amazona no parece haber enviado ningún mensaje. Aunque llegó con ella a la frontera. Quizá no encontró ninguna oportunidad propicia con la presencia de la emperatriz en el oeste.

—¿Cuándo fue enviada esta información?

—Hace cuatro días. Las conexiones han sido inestables con la frontera para evitar ser descubiertas. Además, la amazona lleva el emblema imperial en la capa.

Safron hizo añicos el ochoko en sus manos, sus ojos de fénix brillaron con enojo casi incontrolable—. Dile al ejército que en cuanto tengan oportunidad capturen a Naguri como rehén y la lleven a la capital de Tohoku. Quiero a Shampoo muerta en esta guerra.

Pero antes de poder terminar sus órdenes, otro informante llegó a sus aposentos con semblante cetrino, incluso olvidando donde se encontraban—. Su Alteza real, su Alteza real. —A pesar de que llamarlo así le valió una soberana bofetada ni siquiera se preocupó por el dolor a favor de informar—. Esto es malo, la emperatriz de Nerima se encuentra liderando una expedición punitiva contra sus tropas.

Safron estaba a punto de darle una paliza por nombrar su verdadero estatus, quedándose de piedra cuando escuchó los hechos—. Ella...

—Ella lidera las tropas de Poliandría, está peleando ahora mismo.

Continuará...

Poliandría II El rapto de la reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora