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A pesar de tener una mordaza en la boca no quiso detenerse, intentó escupirla aunque sin éxito, seguía emitiendo sonidos desesperados llenos de terror. Él era un hombre honesto que había trabajado casi toda su vida en el Palacio

Nunca se involucró de ninguna manera en las alianzas ni facciones de poder, solamente velaba para que el Imperio fuera un lugar seguro para su familia, y, sin embargo, nada de eso sirvió tras escuchar por error los planes de esta persona

Su temor más profundo se hizo realidad cuando vió la cara ensangrentada y amoratada de su esposa —Mhg... mhg...— a pesar de ser un hombre de luchas y entrenamientos extenuantes su corazón era blando. Nada en el mundo era más importante que su familia

Había quienes decían que los hombres más prácticos y fuertes eran los que se enfrentaba a los tiempos cambiantes, pero había excepciones para la regla. Alguien cuya familia corría peligro se sometería a cualquier cosa no importaba lo ridícula o peligrosa que fuera. Sus ojos se llenaron de lágrimas tras ver inconciente a su mujer ¿Qué le habían hecho? ¿Dónde estaba su hija? ¿También la habían golpeado? Ó...

No se atrevió a continuar esa línea de pensamiento

—Es ciertamente alguien encantadora, no sabes lo bien que me recibió cuando fuí a tu casa— se burló Safron de manera cínica —Honestamente nunca esperó que el emperador llegara para verla a ella— siguió satirizando —Oh, por cierto. Tienes una hija muy audaz

Ante la mención de la niña, Shimotsuki se volvió frenético. Aunque sabía que era un esfuerzo inútil se lanzó contra el hombre delante suyo a pesar de ser aprisionado por los grilletes. Su lengua empujó más fuerte la mordaza sin ningún resultado, su respiración se volvió agitada mientras luchaba con las pesadas cadenas

—Sé que en este momento piensas que soy un monstruo. Pero no te preocupes. Aunque tu hija me hizo este rasguño— se señaló la cara —No he tocado ni un solo cabello en su cabeza. Pero, pero, si que la necesito para algo— continuó alejándose nuevamente de él —Es una chica educada y virtuosa, tal vez, podría ser odalisca en mi palacio— Safron adoptó una expresión pensativa —Si todo sale bien podría prestar un servicio meritorio y convertirla en mi concubina en el futuro ¿No te parece una gran idea?

La expresión de Shimotsuki se distorsionó hasta el punto de ser desagradable. Podía soportar las torturas más crueles, pero la idea de su hija siendo una herramienta le provocó náuseas; comenzó a forcejear más fuerte en clara señal de su desapruebo

—Siempre puedo matarla primero— señaló a la mujer inconsciente delante suyo mientras uno de sus hombres colocaba la punta de su katana en su cuello. Los movimientos del hombre se detuvieron en seco ¡No! —Eso es— felicitó el emperador satisfecho de su reacción —Independientemente de lo que hagas el futuro de tu famila está en tus manos, si no cooperas, todos ustedes morirán por mi espada, si finges cooperar y revelas lo que oíste, tengo muchas maneras de hacerlas sufrir algo peor a la muerte, sin embargo, si cooperas de buena gana tu familia no sólo vivirá, también tendrá un lugar importante en mi gobierno

Eso era lo que escuchó Shimotsuki, una fracción de su plan para deshacerse de las actuales mandatarias y colocar a su clan en la casa imperial. Había luchado y escuchado su parte de ambiciones salvajes en toda su vida, no era el primero que deliraba por el poder pero si el más cercano a lograrlo

—Voy a quitarte la mordaza y vas a responderme ahora mismo— no le dió tiempo de pensarlo o idear un plan para salvarlas, era totalmente vicioso con sus demandas —Es tu elección— inmediatamente retiró el obstáculo de su boca manchado se sangre

—Lo haré, haré lo que quieras, pero déjala ir— rogó inmediatamente. Su suplica se llenó de sinceridad cuando clamó en voz alta —Salvala, no le hagas más daño— las lágrimas por fin descendieron por su rostro acongojado

—Entonces, escucha la parte importante que vas a desempeñar— en cuanto lo vió aceptar indicó a uno de sus hombres llevarse a la mujer para tratar sus heridas —Por cierto, tu esposa se quedará custodiada un tiempo— Ante la advertencia Shimotsuki se sintió impotente —No voy a dañarla mientras sigas al pie de la letra mis instrucciones. Ser cuidada sin excepción ¿Te parece bien?

El guardia asintió fervientemente —Haré lo que tú digas, pero no le hagas más daño. Por favor— reiteró como si sus antiguas palabras no fueran suficientes —Y... Y mi hija, mi hija ¿Qué pasa con ella? ¿Puedo verla?— aún no se olvidaba de su hija

—Claro que puedes verla, en unos días, mientras te recuperas en casa te tocará convencer a tu hija para trabajar en el Palacio como odalisca— respondió Safron —Cuando tu hija venga a trabajar deber de decirle que obedezca mis órdenes, sin chistar— dijo en tono amenazador que lo hizo temer involuntariamente —Tú, vas a ser la clave en mi infiltración dentro de la facción militar en la que aún no tengo control, por supuesto tu sueldo aumentará en secreto, pero necesito que seas discreto. Mañana a más tardar saldrás de las mazmorras a encontrarte con tu hija, al mismo tiempo voy a enviar a alguien de confianza para que le enseñe un par de cosas que necesito, a la señorita Plum

Shimotsuki sintió la sangre hervirle tras escuchar "cosas que necesitaba" mientras recordaba su propuesta para hacer concubina a su hija. Se obligó a soportarlo, no debía ser impulsivo tras presenciar las tende viciosas de este hombre, al menos debía salvar la vida de su mujer y su hija antes de arriesgarse a un rescate. Ser dócil era lo mejor

—Llevensela— ordenó sin ningún interés el emperador señalando a Haruka, posteriormente giró sobre sus pies para dirigirse a la salida sin una segunda mirada al hombre

El pobre guardia casi se desplomó bajo sus pies una vez la tensión llegó a su punto de ruptura dentro de él, de no haber sido por las cadenas hubiera caído de bruces al suelo. No quería traicionar a este lugar, no después de haberse establecido y recibido ayuda de la anterior emperatriz. Sin embargo, no tenía más elección.

—¿Qué?— tras escuchar la historia, Ranma no podía creer que existiera una cura para su maldición, así que no pudo evitar vacilar —¿Estás segura?

Rouge le había contado que un antiguo guardia de las pozas le habló sobre una cura, no obstante, el hombre entrado en años no recordaba claramente las cosas, por lo que la mandó a buscar a su discípulo más disciplinado

—Me dijo que el hombre viajó hasta Japón y que desde entonces no sabe nada más de él, vine a buscarlo y las pistas que tenía me llevaron hasta Nerima pero no conseguí encontrarlo— dijo ella frustrada —Así que pense que si alguien más tuviera más conocimiento podría servir de algo pero creo que no sabías nada— comentó decepcionada. Era verdad que Ranma no tenía idea de la existencia de una cura. Pero si tenía algo a su favor

Su padre

—¿Sabes el nombre de ese discípulo?— preguntó con esperanza. Si era verdad que el hombre vivía en Nerima encontrar su paradero sería más fácil de lo que pensaban

—Su nombre... No, es decir, parece que lo cambió cuando llegó aquí— meditó un poco —Llegó hace quince años y se estableció en Nerima, es todo lo que he podido encontrar de él

Continuará...

Poliandría II El rapto de la reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora