Capítulo 24 - Dolor de cabeza por enamoramiento

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"¿Y eso es todo? Te fuiste ? ¿Así?, preguntó la pelirroja.

- ¡Yo no me fui así!, se defendió Hermione, fui a encerrarme en el baño.

- Entonces la invitas a bailar, intentas besarla, luego la dejas para ir y encerrarte en el baño, enumeró Ron con tono de risa.

"¡Yo no traté de besarla, ella se adelantó!", objetó la joven.

- Pero tú querías, ¿no?, alzó la morena, con una pequeña sonrisa dibujada en la comisura de sus labios.

Con las mejillas rojas y los ojos furtivos, Hermione dudó sobre cuán sincera debería permitir su respuesta.

- Tal vez un poco... Sólo un poco, admitió con dificultad.

- Sí, solo un poco..., Harry y Ron rieron a coro.

"No entiendo lo que encuentras en él", Ginny hizo una mueca.

- Sí, apoyó el pelirrojo, mirándose pensativo, imaginando la silueta del Mortífago trazada ante sus ojos.

- No la encuentras... ¿miedo?, el Weasley más joven estaba horrorizado.

- Si... Un poco, es verdad, asintió Ron.

"Pero sigue siendo una mujer hermosa", señaló Harry, aunque el cumplido le estaba rascando la boca.

- ¡Harry!, Ginny se ofendió.

"¡Sí, Harry!", repitió Ron enojado, golpeando a su amigo en la nuca.

- ¡Ay! ¡Perdóname por ser honesto!, refunfuñó el chico.

- ¡Deja de discutir y déjame decirte lo que pasó después!

- ¿Porque pasó algo más?, se preguntó Harry.

"No me digas que la besaste al salir del baño", se preocupó Ginny.

-No, cuando salí del baño ya estaba dormida, me explicó.

- Y si ella hubiera estado despierta, ¿qué hubieras hecho?, preguntó la pelirroja.

- Honestamente ? No lo sé...

"Eso lo dice todo", se rió Ron sin ninguna delicadeza.

- A quién le importa lo que hubiera hecho yo, saludó con el dorso de la mano, no estaba despierta, así que me acosté a su lado, pero no pude pegar ojo en toda la noche. »

Hermione recordó la noche anterior acostada en esa cama, con la cabeza apoyada en las almohadas. Y la volvió a ver, la bruja negra profundamente adormecida, perdida en la tierra de los sueños, tan hermosa, su rostro así iluminado por los rayos de la luna. Había esa dulzura en su carita que, calmada por los sueños, parecía impecablemente inocente, lejos de la frialdad altiva que le gustaba exhibir la mayor parte del tiempo.

“Pensé en el fin de semana una y otra vez, sintiéndome culpable por haberme sentido atraído por ella tantas veces. Me di cuenta de que me había pasado la estancia inconscientemente queriendo seducirla, o al menos complacerla. Creo que incluso por eso la invité.

- No digas tonterías Hermione, ella es la que está tratando de engancharte, tú nunca harías tal cosa, trató de tranquilizar a Ginny.

- Ella no hace nada, negó la joven, Al menos no hace nada más que yo, la atracción va en ambos sentidos.

- ¿Y Louis en todo esto?, preguntó ella, Ya sabes, el hombre con el que te comprometiste hace un mes.

Hermione dejó que su mirada vagara sobre cada uno de sus tres amigos, temiendo lo que acababa de darse cuenta y estaba a punto de decir en voz alta.

Una estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora