Capítulo 14 - Confía en mí lo olvidare

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"¡Oh! ¡Lo sabía!, exclamó el pelirrojo a la atención de Harry.

- A su vez después de la gala, no era muy complicado de adivinar, razonó este último.

Hermione, que ya les había confiado a sus amigos su supuesto momento de distracción la noche de la gala, les acababa de anunciar la reanudación de su idilio con Bellatrix.

- ¿Y este imbécil todavía envió las tarjetas de invitación para su compromiso? ¿Cuando ya lo sabía?, volvió a preguntar Ron, sin dar crédito a sus oídos.

"Sí, probablemente pensó que no me atrevería a dejarlo después de eso", explicó Hermione.

- Se podría decir que la cagó, se rió Harry.

- Bellamente, se rió la pelirroja, Y cuando hablamos del lobo...

Louis avanzó hacia el trío dorado, sorprendentemente relajado y sonriente.

- Hermione, anunció sin quitarle los ojos de encima a la joven, recogí todas tus cosas, puedes venir a buscarlas mañana.

- Muy bien, respondió ella, sorprendida de que él fuera por su camino, los recogeré antes de ir a trabajar, ¿te parece bien?

- Me conviene, comenzó, Pero ven solo, es imposible que un Mortífago ponga un pie en mi casa.

- Está bien-

- Lo acompañaremos, Harry y yo, interrumpió Ron.

Los dos chicos intercambiaron una mirada de complicidad.

- Sí, necesitará ayuda para cargar las cajas, apoyó la morena.

Louis los miró con escepticismo, aceptó rodando los ojos y luego giró sobre sus talones.

"¿A qué estás jugando?" preguntó Hermione una vez que se fue.

"Se ve sospechoso, estoy seguro de que está tramando algo malo", dijo Ron.

- Lo que sea, rió la joven.

-No sé si está planeando una mala jugada, moderó Harry, pero una cosa es cierta, mientras no acepte la ruptura, es mejor que no te encuentres a solas con él.

- Sí, ¿quién sabe lo que sería capaz de hacer?, añade la pelirroja.

- Lo conozco, no me hará nada, tranquilizó Hermione levantándose, pero si insistes, ven conmigo mañana, estaré ahí a las ocho. Me voy, me están esperando, informó, ¡Hasta mañana!

- ¡Hasta mañana, que tengas buenas noches!, dijeron a una voz mientras su amiga ya corría para unirse a su belleza en la entrada de la cafetería.

Las dos mujeres, por discreción, no se besaron, pero sus miradas no decían menos.

- Démonos prisa Maldita sea, instó Bellatrix, Si llegamos tarde a la cena, mi madre será aún más repugnante de lo que suele ser. »

Sintiéndose enferma del estómago, Hermione siguió a su amante al comedor donde Druella Black ya estaba sentada.

"No quiero eso aquí, maldijo, señalando al Gryffindor, ¡creí que había sido lo suficientemente claro!"

"Yo tampoco te quiero y, sin embargo, no le doy mucha importancia", respondió Bellatrix mordazmente.

Con un gesto de su mano, preparó un tercer lugar para Hermione, quien se sentó de cabeza, sin saber dónde sentarse ya que la aversión de la matriarca hacia ella era palpable.

- ¡Un sangre sucia! ¡Una sangre sucia! No podrías haberme decepcionado más, Bellatrix. Nunca pensé que podría estar tan avergonzado. Ensucias a esta familia, te ensucias a ti y a ti ensucia todo, gimió este último, ¿por qué te gusta tanto torturar a tu pobre madre?

Una estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora