CAPÍTULO VII

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 "Un pasado oscuro y posible encuentro"

—A la mañana siguiente.

 ¡hiiii, hiiii, hiiii! —Se escuchaba relinchar los caballos, sonido que hizo despertar a Scarlett, sintiéndose un poco aturdida, pues había recibido un golpe tan fuerte en cuanto salió de la mansión, al observar su alrededor, noto que se encontraba en una carreta, esta tenía especie de jaula, y ella era el animal que se encontraba dentro. —Que cruel suele ser el mundo para unos y para otros los bendice de manera muy llamativa, el poder suele ser una pieza para reinar en té mundo decadente, pero hay bellezas, solo hay que encontrarla abriendo los ojos. 

 —Hoy es un día muy especial para mi hermana. —Dijo Scarlett mientras levantaba la mirada y la sangre corría por su frente. —Que gracioso, se me había olvidado que hoy es mi cumpleaños número 19. 

 Con una mueca sonriente en su boca. Scarlett pronunció aquellas palabras que parecían ser un enorme peso en su corazón lleno de cicatrices, moretones y espinas. Nunca había celebrado su cumpleaños, esa sensación que irradiaba Alexandra al recibir sus presentes años tras año, ser alabada por todos, mientras que a ellas solo la maltrataban tanto que ya hasta había olvidado que cumple el mismo día que Alexandra, solo que a ella, se le privó de recibir algo lindo o una palabra ni siquiera una mirada grata de su padre, solo recibía amenazas, desprecio y reproché, ese era el pan de cada día para ella. 

 Pero a diferencia de lo que muchos pensaban, ella no sentía envidia hacia Alexandra, solo la veía como una muñequita que bailaba al son que dictaban las apariencias, en un precipicio y la sociedad podría derribarla tan pronto como ya lo le parecía atractiva. 

 Claramente Scarlett, no sentía envidia de eso, ella siempre tuvo la mente fija en superarse en abrir su floristería, en no depender de nadie, no importaba cuanto tiempo le llevara reunir el dinero para cumplir su sueño, pues ya lo había logrado, el problema era salir del lugar en donde se encontraba y agradeció a su institutriz por realizar él hechizó en ella, que la había permitido sobrevivir hasta ahora. 

 Años atrás 

 En era una noche muy tormentosa, el cielo crujía y las gotas gruesas caían del cielo, una ventisca soplaba fuerte los ventanales, hasta casi romperlos. En la habitación principal se encontraba, Elena Elizabeth Sherser Ignis la señora de la mansión Carmott, dando a luz. Sus gritos recorrían los pasillos de la mansión, los cuales retumbaban todo el lugar. 

 «¡búa, búa!» —Se escuchó, una bebe de piel blanca y cabellos rojo escarlata, la cual estaba llorando. 

 —Que hermosa bebe. —Expreso la señora Carmott, acercándola a su rostro y frotándolo con ternura, pero esta soltó una lágrima que estaba lejos de ser felicidad.

 Un hombre muy molesto estaba en la esquina, observándola con aquella mueca de disgusto y desprecio. 

 —¡No vas a venir a ver a tu hija mi Lord! Ella es muy hermosa. 

 —¡No voy a ver a una bastarda! —Expreso el señor Carmott, con desprecio que enmarcaba su mirada.

 —¿De qué habla mi Lord? ¿Por qué dice eso de nuestra niña? —Pregunto la señora Carmott hasta el punto de las lágrimas. 

 —Crees que no sabía de tu aventura con el príncipe Rafael, no he dicho nada para no quedar en vergüenza y también porque él es el futuro rey de Arcarl. —Dijo el señor Carmott mientras arrojaba una botella contra la pared. 

 —¡Eso es mentira! Yo nunca te he faltado, siempre he sido tuya, no dejaré que mi honrra sea mancillada por falsas acusaciones. —Expreso mientras su cara se ponía más pálida, su frente sudaba frío y su respiración se sentía más pesada. 

La dama fea: Corazón EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora