En un tiempo donde la guerra era tan continua, donde la muerte tocaba puertas, donde los valientes luchaban y donde los mas astutos ganaban.
Un tiempo donde el gran coronel apodado como la muerte, era un hombre hermoso, con una fuerza e intelecto qu...
—Scarlett se sentó en la cama, se preguntaba donde estaba, no es su habitación, esta es mucho más elegante y grande, podría ser que la habían traído a una habitación de invitados luego de desmayarse, dirigió su mirada hacia sus piernas la cual ya no le dolían tanto, pero si las sentía débiles, se percató de que estaban vendadas y prosiguió a quitarse la venda para ver mejor, pero solo tenía moretones y sus antiguas cicatrices y heridas, entendió que la habían curado pues ya no le dolía la cabeza. Pero sus ojos sé engrandecieron y salió de la cama a toda prisa para poder verse en el espejo el cual estaba cerca.
Su desesperación, sus manos temblaban con aquel nerviosismo, pues sabia si la habían curado, lo más probable seria que el hechizo se hubiera roto y eso le aterraba todos verían su apariencia.
Se apoyó fuertemente del espejo el cual sostenía con fuerza casi que sus uñas sé enterrándose a este, levanto su mirada en dirección al espejo. Dejo salir un suspiro de alivio pues él hechizó aún permaneció, y eso la tranquilizo, supuso que no tenían suficiente magia como para romperla, pero entendió que no debería ponerse en peligro otra vez o todos verían su apariencia, el Coronel y todos los cuales han sido muy amables la tomarían de mentirosa por ocultar su rostro, pensarían que es una bruja. Al lograr despejar su mente empezó a caminar cojeando hacia la ventana, pues se percató que la noche ya había llegado, levanto la cortina y miro el jardín desde allí, la vista era magnífica el paisaje nocturno era hermoso, las flores azules brillaban de noche resaltando aún más el panorama, su mirada se elevó para observar el cielo nocturno las estrellas estaba tan brillantes y hermosas, un verdadero espectáculo de luces.
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Aquel cabello escarlata brillante bailaba con la brisa delicada, su mano apoyando con su mejilla observando aquel escenario, pero no se daba de cuanta que un par de gemas azules la observa desde aquel jardín.
A la mañana siguiente eran al rededor de las 6:00 AM
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Todos en el castillo continuaban con su rutina matutina, tener el castillo impecable es el trabajo de todos y estar atentos a cualquier necesidad que tuvieran los amos, cuando la llegada de una persona al castillo dejo a todos felices y sorprendidos, no era nadie más que la Nana del Coronel aquella señora de unos 70 años con mirada dulce, cabello canoso y vestida apropiadamente, había llegado al castillo luego de pasar un tiempo con sus sobrinos en la capital, aquella dama no necesitaba presentación ni ceremonias pues era prácticamente la madre que no tuvo el Coronel, todos llenaron de abrazos aquella dama mayor, pues todos la tenían en muy alta estima.
