꧁𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒔 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑩𝒍𝒂𝒄𝒌𝒔꧂

CHAPTER 18: The Serpent That Escaped

Theodore y Draco estaban en la habitación de este último conversando cuando fueron interrumpidos por la voz chillona de un elfo domestico quien les dijo que ya estaba la cena. Al parecer ambos no se habían dado cuenta que habían estado platicando toda la tarde y ahora era de noche. Ambos bajaron la escalera y se dirigieron al comedor, pasando por una gran y pesada puerta de madera con una manilla de bronce que conducía al salón. El salón era una gran sala con una hermosa chimenea de mármol trasmontada por una ventana dorada y sobre la que había un espejo con marco dorado. El piso estaba pulido y cubierto por una gran alfombra, Draco y Theodore pasaron por el salón iluminado por una lámpara de araña que colgaba del techo. Theodore miraba los alrededores del salón mientras recordaba como era la mansión antes de que se hubiera ido a Hogwarts aunque no había cambiado mucho tal vez solo unos sillones de cuero cambiaron de lugar. Al mismo tiempo observo las paredes en especifico donde había retratos colgados en ellas de un color morado oscuro y varias sillas y sillones. Pasaron el salón abriendo otra gran puerta entrando por fin al comedor donde los estaban esperando Narcissa y Lucios Malfoy, tomaron asiento en dos sillas del lado izquierdo de Lucios. Ya sentados comenzaron a llenar los platos vacíos que tenían enfrente de ellos con pan untado con mantequilla de maní o mermelada, salchichas con huevo, tocino entre mucho mas.  

—¿Cómo te fue en este año Theodore?— pregunto Lucios mientras cortaba un pedazo de filete de res de su plato. 

—Bien, supongo— respondió mientras servía un poco de ensalada en su plato. 

—No seas modesto Theo... mira Lucios, Theo fue el mejor de su año con las mejores calificaciones— menciono Narcissa dándole una carta. Theodore no entendió de donde venia dicha carta hasta que vio la parte trasera del sobre con una caligrafía que conocía muy bien, era una carta de Severus Snape, un amigo cercano a los Malfoy. Al parecer Severus Snape, el profesor de Pociones y también jefe de la casa de Slytherin, también lo vigilaba mientras estaba en Hogwarts, a lo que llevaba que tendría que tener cuidado el próximo año de no ser descubierto por él yendo a la enfermería. 

—Me alegro que sacarás buenas calificaciones Theodore, cualquier cosa que quieras te lo comprare, como un regalo— dijo Lucios después de haber leído aquella carta a lo que Theodore solo asintió para luego seguir comiendo.

—Por cierto Theo ya casi será tu cumpleaños ¿Hay algo que quieras o un lugar adonde quieras ir?— pregunto Narcissa con una sonrisa. 

Theodore se limitó a tomarse un vaso de agua completo por lo que había dicho su tía ya que se había olvidado por completo que faltaban dos semanas para su cumpleaños. Ese día que nunca celebraba pero que su tía lo forzaba a celebrarlo, aunque no quisiera él y que nunca lograba que lo celebrara. Si quería ir a un lugar, pero sabía que no lo dejarían ir después de todo aún era un niño.

—Si les digo que quiero ir a visitar la tumba de mi padre, ¿No me van a dejar, verdad?— dijo Theodore y todo se quedó completamente en silencio, Narcissa y Lucios pararon de comer y se miraron el uno al otro para determinar una respuesta que muy bien sabia Theodore.

—Theo ya lo hemos hablado puedes pedir lo que quieras— comenzó Narcissa. 

—Menos ir a la tumba de mi padre... lo sé— a completo Theodore con frustración mientras miraba el filete de carne que estaba en su plato. 

—Si, lo siento Theo, pero aun eres un niño, cuando seas mayor nosotros mismos te llevaremos. 

—Siempre dicen lo mismo "cuando sea mayor", ni siquiera sé, ¡si ese día llegara!— dijo exaltado Theodore perdiendo la paciencia con esas palabras sorprendió a Draco quien estaba sentado a un lado de él. Con lo que había dicho hizo que Narcissa se sintiera muy mal y que Lucios golpeara la mesa con un puño, ahora el ambiente en el comedor se había vuelto silencio e incómodo.