Se acercó con el cuchillo, grande, sumamente afilado, y lo encajó en el suelo de madera.
Mai solo lo miraba con las lágrimas escurriendo, yendo a parar a las orejas blancas, igual que el resto de su hermosa piel. ¿Quién era él y qué quería?, se preguntaba. Se miraban fijamente en el suelo; la princesa acostada en él y él, el asesino de ojeras azules, como el color de sus cabellos, sobre ella. ¿Quería matarla? No lo sabía... Él no lo dejaba en claro.
Ella acababa de salir de una tienda de conveniencia; se le había hecho tarde en la escuela finalizando una tarea. La noche ya gobernaba. Era una estudiante sola de preparatoria en la oscuridad, llevando a cabo las faenas de todos los días; las de cualquier jovencita de su edad.
No se había dado cuenta... estaba muy ocupada con lo suyo. Él la estuvo siguiendo desde la salida de la escuela. Lo había visto por el rabillo del ojo, pero pensó que se trataba de un transeúnte más. Él avanzaba en la oscuridad con una chaqueta azul cuya capucha cubría su cabeza e identidad. Llevaba las manos en los bolsillos.
Al abandonar la tienda, ahí la esperaba, bajo un árbol. Mai se espantó con sus ojeras tan azules, y también sintió algo de pena por él, porque detrás del viso aterrador había belleza. Sufrió por él, como cuando causan pena los vagabundos. Rápidamente bajó la mirada y prosiguió con su camino, pero él, veloz, la tomó de la boca y la cintura; tapándole la boca la llevó un poco más lejos de la tienda, a una casa abandonada.
En el lugar, nada malo le había hecho; ni siquiera le dirigía la palabra, solo la amenazaba a la distancia con su gran cuchillo de cocina. No le quitaba los ojos de encima, que nunca parpadeaban.
De un momento a otro, se lanzó encima de ella, y cuando parecía que iba a penetrarla con su arma punzante, en lugar de eso, la encajó en el suelo, a un costado de la bella cara de la pobre chica a la que había raptado. Luego la miró a los ojos nuevamente. No sonreía, pero era como si lo hiciera detrás del brillo de sus preciosos ojos azul muy claro. Mai se tranquilizó; notó que no le haría daño. Para estar completamente segura, llevó la mano a su mejilla, que estaba fría y sucia. El muchacho se deleitó con esto. El toque, suave... dulce, diferente a los horrores que él había cometido sin cesar, le gustó demasiado y calmó su corazón de fiera.
El joven reposó la cabeza en los pechos de la chica, y ahí se quedó, acostado sobre ella un rato. Después la miró otra vez. Quería hacer algo que desconocía. Mai, instintiva, lo guio a sus labios, y se besaron... la princesa y la bestia.
La carne limpia compartió su amor con la carne pringada probablemente también de sangre.
No era correcto... pero se dejó amar por el asesino, y ella también lo amó. Permanecerían juntos... pese a sus distintas naturalezas.
Nota de autor: ¡Hola 😍! De pronto se me ocurrió una trama oscura, obsesiva y sensual. Honestamente, deseo escribir una longfic sobre esto. Así que esta es solo una probadita de dicha historia. La empezaré una vez que acabe con la fic de Granola y Mai 💘.
Nos vemos pronto 💗.
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Tú y yo (drabbles TruMai)
FanfictionHistorias ambientadas en distintos universos, diversas circunstancias, etc. Los invito a leer cada una de estas aventuras.