Cuadro de lluvia

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Trataba de entenderla... sin embargo, vaya que era difícil. No se abría por nada del mundo... pese a que le había demostrado ser un hombre de confianza... y pese a estar trabajando en el restaurante de su mamá -o de la Corporación Cápsula, mejor dicho-.

La acompañaba a su costado con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón algo corto; cómodo.

Había comenzado a llover, así, sin previo aviso, y en cuanto la vio le entregó su paraguas, sin decirle nada; solo lo hizo con una sonrisa. Con Mai no valían las palabras; no tenía ningún caso usarlas; el resultado siempre sería el mismo, ya se había percatado de ello.

, sonriente, aceptó su destino. Mai tampoco le dijo nada; sencillamente tomó la sombrilla.

Era inútil seguir enojándose con él; igualmente no entendía nada...

El muchacho, entusiasta, iba todas las noches al restaurante... nada más para verla, y ella claro que lo sabía. Tal asunto la enfurecía; la sacaba de sus casillas; ¡¿qué hacía él aquí?!

Se sentaba siempre a la mesa pegada a la ventana, con una sonrisa hermosa, de paz, mirándola con esa cara boba repleta de amor.

Ya le había dicho quién era, cosa que no era necesaria, puesto que desde luego que lo sabía. Bulma se lo había informado:

-Estos tontos que ves aquí usaron las esferas para rejuvenecerse... -avisó la peliturquesa con la mano abierta en dirección a sus amigos y ella- y ahora el mundo corre gran peligro. Si no hacen algo... explotará -acabó de informarle a su primogénito, y el muchacho, sí, experimentando temor, se perdió más al final en la extraordinaria belleza de la mujer de melena negra y ojos índigo, que lo miraba asustada, pensando que la repudiaría, al igual que todos los individuos allí presentes. El joven no respondió; no podía. Estaba embelesado.

-¡Trunks...! -le gritó su madre para hacerlo volver en sí.

¿Qué le había visto él?... No tenía ni la menor idea. Era una mujer pobre, frustrada, sin planes ya ni futuro. Sí, había vuelto a ser joven y había recuperado su belleza, a la que extrañaba más que a nada, no obstante, estaba perdida.

Bulma, en su altruismo, les dio trabajo en su restaurante y techo -residían ahora en la Corporación, aunque sumamente vigilados-. Todo esto, sin duda, planificado por la actual dueña de Capsule Corp. para mantenerlos a raya y evitar desastres de su parte. Y hacía bien, pensaba Mai muy en sus adentros. No lo iba a negar: a pesar de no tener futuro, se sentía bien realizar algo diferente a robar; a intentar conquistar el mundo sin cesar como unos idiotas.

La vida, gracias al gran regalo de las Esferas del Dragón, quizá estaba avanzando. Lo que no terminaba de comprender... era la presencia extraña de Trunks en su vida, que se aferraba a ella como las manchas de jabón que quedaban en su delantal después de lavar pilas y pilas de platos del restaurante.

La lluvia, todavía no violenta, caía pesada.

-Estás mojándote -le dijo ella sin voltear a verlo directamente.

-No te preocupes... mientras no te mojes tú, todo bien -le contestó feliz.

¡¿Por qué?!... Esa actitud la cabreaba. ¿Por qué se preocupaba tanto por ella?... Ella era solo una villana. Una ladrona. Alguien vil.

La mujer, molesta, se repegó a él. Ahora caminaban hombro con hombro y la sombrilla los escudaba a ambos. Trunks, sorprendido, abrió la boca, mirándola ahora sin parpadear. Mai procuraba no verlo; era demasiado precioso. Aun no viéndolo, se encontraba ruborizada y con los labios fruncidos de la vergüenza y la furia. Furia por él, por su delicadeza, por su buen trato. Furia por ella misma, por ser tan poca cosa para él.

La lluvia se dejó venir con intensidad finalmente. Y ahí, en ese ruido producido por la tempestad, empezó a sollozar y las lágrimas salieron; lloraba con la cabeza inclinada, sin dejar de avanzar por la acera junto con él. Trunks la miró desconcertado, y se detuvo. Lo intuyó. La abrazó fuerte, evidenciando todo su cariño... todo su profundo amor y atracción por ella.

-Te he estado presionando mucho. Perdóname, Mai. Sé... que mi presencia te molesta. Tiendo a ser muy persistente y molesto cuando quiero algo. He sido así desde pequeño. Y créeme que no se trata de un capricho... yo... realmente te quiero, y quiero salir contigo... y después quiero hacerte mi novia... y después mi esposa... y después la madre de mis hijos.

Mai, colérica, apretó los dientes, y a continuación empujó al joven empresario lejos de sí del hombro. -¡Yo!... ¡¿Es que acaso estás loco?!... ¡Eres un niño rico y yo no tengo nada que ofrecerte!... ¡¿Piensas que me van a aceptar en tu familia?! ¡¿Cómo me verás después?!... cuando haya pasado todo ese fuego interno -decía la pelinegra sacudiendo la mano libre a causa de la pena y nervios-. Me verás como lo que realmente soy... y te cansarás de mí.

Trunks, quien la atendía serio, volvió a sonreír. -Mi padre es un príncipe del espacio que llegó con los bolsillos vacíos a la vida de mi madre. Eso... jamás le importó a ella. Además... yo soy el hombre, Mai... deja que me ocupe de ti... como debe hacerlo un hombre. No me interesan esas estupideces. No me interesa tu pasado... comparte este presente conmigo.

Mai, respirando agitada, subió la cabeza por fin. De nuevo se topó con los cabellos lila y los fuertes ojos azul claro, pero ahora... la visión había superado su propia perfección: los mechones estaban empapados y la faz morena brillosa por efecto del agua de lluvia. La mujer retrocedió ante dicho cuadro único y entreabrió la boca.

Obviamente desconocía que él también había quedado encantado con ella; con el rostro pálido, como el de una princesa de una época lejana y los labios carmín y los ojos azul oscuro; zafiros misteriosos, llorosos que penetraban su alma.

Trunks, lentamente, como un león ante su presa, fue hacia ella. Sonriente, con suavidad bajó su sombrilla, y enseguida, entre la tormenta, la besó tomándola de las mejillas.

Cuando el beso concluyó, rieron.

Los transeúntes habían admirado la escena.



















Nota de autor: Este shot, como se habrán dado cuenta, está ambientado en una línea alterna de GT en la que la pandilla de Pilaf sí rejuveneció.

Nos vemos... 💗 no sé hasta cuándo en esta antología.

Suerte 🍀 a todos.




Tú y yo (drabbles TruMai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora