cruda moral, y agendas ocupadas

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Seungkwan vuelve a la vida la mañana del 6 de agosto a las 12 pm, gracias a qué su cuerpo lo obliga a levantarse porque necesita vomitar.

Sus piernas corren como si tuvieran cerebro propio y lo siguiente que sabe es que le duele la cabeza y que tiene que enjuagarse la boca.

Una vez asumidos y superados los primeros síntomas de la resaca, se pone de pie con la poca fuerza que le queda en sus músculos y recuerda que la noche anterior estuvo bailando como si su cuerpo no tuviera huesos.

Sale del baño débil y deshidratado. Lo único que quiere es tirarse a su cama y olvidarse de quien es para que con sus recuerdos se vaya también el hecho de que trabaja en una cafetería en el horario de la tarde.

Le remuerde la conciencia saber que si se recuesta un instante fácilmente podría despertar hasta el día siguiente, así que mejor va a la cocina a beber agua como un hombre perdido en el desierto que por un milagro se topa con el oasis.

Sobre la mesa de la habitación hay una nota hecha en uno de sus recibos de la luz, el mensaje está escrito en una letra perfecta  con un bolígrafo de tinta azul que también le pertenece y que reposa sobre el papel.

"Querido Boo, Jihyo y yo lamentamos haberte causado tantos problemas, fue muy divertido conocerte; te compramos una sopa para la resaca, está en el refi así que no olvides calentarla bien antes de comerla, aquí están nuestros teléfonos: 82 XX 45 XX 80 y 82 XX 36 XX 67

Besos Momo" 

Junto a este mensaje está estampada la marca de un beso real que todavía huele a fresas por el labial de la chica.

Seungkwan sonríe. Que mujeres tan encantadoras. Por dentro agradece que ambas resultarán ser personas sin malas intenciones porque era bueno cuidándose solo en estado de ebriedad, pero siempre tuvo claro que eso no lo hacía menos vulnerable ante la crueldad de la gente.

Guarda ambos teléfonos y decide que más tarde podría mensajear con ellas, mientras tanto calienta la sopa que ya en su boca le devuelve el alma al cuerpo y lo hace agradecerle al cielo por haber sobrevivido a tantas botellas de vodka.

Revisa su teléfono y ve 30 mensajes de Seokmin y 3 notas de voz de Jeonghan. También tiene uno del gerente de la cafetería.

Los primeros son solo su amigo preguntándole si ya había llegado a casa, si estaba todo bien, y pidiéndole que le llamará en cuanto despertaste. Él le responde rápidamente pidiéndole perdón y le avisa que todo está bien pero que le duele la cabeza.

Luego revisa el mensaje de su gerente, quien le avisa que por la noche necesitan a alguien que cubra la caja ya que su compañera enfermó. Se irrita ante el trabajo extra pero recuerda que aún le falta un pago para liquidar el traje que usará en la boda de Wonwoo y se da ánimos no sin antes decirse a si mismo que tiene que dejar de beber en las cantidades en las que lo hace.

Y por último revisa las notas de voz de Jeonghan.

"¿Cómo va la cruda de mi niño problemático? ¿Ya estás en casa? Por favor avísanos, estábamos preocupados por ti pero no queríamos que nos terminarás maldiciendo"

"Yura me llamó y me dijo que Wonwoo llegó a salvo pero que tiene una resaca del demonio,  me pidió el nombre de la persona que le dió de beber a su querido prometido, ¿Qué piensas? ¿Debería decirle quien fue?"

"Ah, también me llamó Hansol, me pidió que te avisara que había llegado a tiempo para abrir la empresa de su padre pero no entendí que quiso decir ¿Tú sí? En fin, bebe mucha agua y no olvides que hoy tienes que ir a trabajar"

Son esas notas las que le arrebatan la vida que había recuperado hace tan solo un instante.

Quiere meter su cabeza dentro de un hoyo en la tierra como las avestruces.

El vago recuerdo de Hansol pidiéndole que se fuera con él, y sus respuestas sarcásticas, la cantidad inhumana de shots que le hizo beber a Wonwoo, y los manotazos y las palabras ácidas que les lanzó a SeokMin y a Jeonghan para que lo dejarán en paz, son lo único que su cabeza le muestra una y otra vez como en una especie de loop que no puede detener

Lo recuerda mientras va al baño, lo recuerda cuando se mete a la regadera, lo recuerda mientras se pone la ropa y se arregla el pelo, también mientras revisa su agenda, incluso cuando va de camino a su trabajo.

Y entre más le da vueltas, más nítido se vuelve.

Ahora las imágenes que su mente proyecta son tal y como fueron, sus palabras y las de Hansol  son exactas y le avergüenzan el triple. Todo es dolorosamente real.

Siente la imperiosa necesidad de pedirle perdón a SeokMin y a Jeonghan por haberlos mandado por un tubo, a Yura por embriagar hasta dejar inconsciente a su futuro esposo y por supuesto que a Hansol por su descuidada forma de actuar estando borracho, por decirle extraño y burlarse aún cuando éste solo estaba preocupado por él. Aunque también piensa que mejor morirse ahí mismo bastaría para acabar con su calvario.

La tarde va avanzando en la cafetería, las horas se le escurren entre las voces de los clientes y el sonido de la caja registradora abriéndose para que pueda dar cambio. Está demasiado fatigado incluso para sonreírle a los demás.

Los ratos dónde las personas dejan de entrar y la barra se queda en calma, Seungkwan los aprovecha para sacar mares de suspiros y cerrar los ojos por breves instantes. Ve a lo lejos una mesa ocupada por 2 elegantes señoras mayores que beben su café y conversan tranquilamente ente ellas y no puede evitar tomarles una foto en secreto.

Se la envía a SeokMin junto a un mensaje que dice: "tú y yo" 

Pasan unos minutos y le llega la respuesta de su amigo:

"Si pero sin el dinero :')"

No puede contener la risa y comienza a teclear su respuesta cuando le llega una llamada de Yura. Se pone nervioso pero atiende.

—Hola noona

"—Hola cariño, solo te llamaba para confirmar la cita para nuestras fotos de boda, ¿Cómo estás? Me imagino que con dolor de cabeza"

Seungkwan sonríe aliviado cuando no es un regaño el que lo recibe al otro lado de la línea.

—La cita sigue siendo el jueves de la próxima semana, a menos que quieras cambiarla, y sobre la otra pregunta, bueno, parezco un zombi pero mi pasión por no morir de hambre es más grande que mi dolor de cabeza así que sigo de pie, trabajando, ¿Cómo está Wonwoo?

Al otro lado se escucha la risa de Yura

"—Está todo lo bien que puede estar alguien con resaca, gracias por cuidarlo Kwanie, Jeonghan me dijo que fuiste muy especial él ayer"

El chico siente vergüenza por sus acciones, y también por la forma en que su amigo deja en evidencia lo mucho que disfruta torturando psicológicamente a los demás. 

"—Sobre la cita, no es necesario cambiarla, pero también quería saber si todavía vas a acompañar a Wonwoo a su última prueba de traje, acuérdate que los padrinos tienen que ir a recojer sus atuendos ese mismo día"

Le responde que sí y mientras conversan anota en una servilleta del mostrador que tiene que agendar la visita con la modista o lo olvidara.

Cuando se despiden, Seungkwan siente que su sien palpita por la falta de sueño. Está muy cansado. Por suerte ve la hora en el reloj y pronto terminará su jornada. La noche se pinta en las ventanas de la cafetería y los faros de la calle comienzan a iluminar los alrededores.

Recuerda que tenía un chat pendiente con Seokmin y termina de redactar su mensaje.

"Hyung, Perdóname por no irme contigo ayer y perdóname por ser mal bebedor"

Unas horas más tarde el lugar se va vaciando y el gerente cambia el letrero de la entrada de 'abierto' a 'cerrado' anunciandole a los empleados que pueden ir terminando su turno.

Su teléfono vibra una vez más con un mensaje nuevo, es de Yura.

"Jeonghan me acaba de explicar a qué se refería cuando dijo que fuiste muy especial con mi novio :), quiero que sepas que por lo que resta del día te odio"

Seungkwan resopla, declara que no le sirve de nada tener amigos, si los suyos sólo se burlan de él y lo tratan como su peor enemigo. 

— Ese viejo lo único que tiene de angelical es la cara...

La razón por la que se dan segundas oportunidades  (Hansol/seungkwan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora