Un gato hambriento fuera de tu casa

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Seungkwan está de muy mal humor últimamente, está terriblemente irritable, tanto que incluso su jefe en la cafetería se encuentra buscando las palabras adecuadas para dirigirse a él cuando llega a trabajar.

Él piensa que lo estaba sobrellevando bastante bien, es decir, Hansol se había encargado de molestarlo pero había encontrado la forma de superar sus palabras (o mejor dicho, su falta de ellas) y seguir adelante con su vida, mientras que al mismo tiempo se enfrentaba a sus pensamientos en torno a su relación con el otro antes de dejar las cosas claras de una vez por todas.

Fueron un par de días relativamente tranquilos, hasta que a Jeonghan se le ocurrió la fantástica idea de despedir a Hansol antes de que el hombre partiera a cumplir con su papel de ejecutivo millonario.

Y la cosa es que, eso en sí no le importa lo suficiente, él sabe que para su buena o mala fortuna tiene que hablar con Hansol, y que mejor que hacerlo cuando alguien más se ha encargado de crear una situación conveniente en la que ambos tengan que verse las caras una vez más.

Seungkwan está muy molesto porque su querido y reciente jefe: Joshua Hong le ha pasado una sesión de fotos de una de las artistas más importantes de su agencia y eso también estaría bien pa él si no fuera por la coincidencia entre las fechas de ambos eventos.

El mismo día, en un horario tan malditamente similar que lo irrita. Seungkwan es un tipo de mecha corta, lo sabe, pero cuando la situación lo mete bajo presión, se descompone a tal grado que explota hasta porque una mosca se atreva a pasar delante suyo.

Antes de que el día llegue, pasa algunos instantes llorando porque no soporta sentir que está atado de pies y manos. Y tampoco ayuda qué Hansol parezca simplemente una piedra, un fantasma que ni siquiera es capaz de perturbar su alma.

Su silencio le asfixia y a veces se encuentra pensando si realmente es ese hombre con el que quiere compartir su vida...

Se siente, muy frustrado.

Está revisando los bocetos del director de videos de su departamento cuando un par de ojos curiosos se acerca hasta su cubículo.

Es el asistente Lee Chan.

Seungkwan no tiene mucho de conocerlo pero le parece un sujeto adorable, es menor que él por un par de años, y parece muy entusiasta con su trabajo. Sin duda un chico ilusionado con el mundo del entretenimiento.

Chan está en un rango menor al suyo, y es su también su subordinado, al igual que él, está interesado en la dirección de arte en ese tipo de empresas.

—¿Qué estás haciendo?

—¿Qué parece que hago? ¿Un pastel?

Chan sonríe y Seungkwan no es capaz de hacerlo, porque no está de buenas.

—No seas así hyung. Te ves más lindo cuando sonríes.

—No me interesa ser lindo hoy.

El chico es un tonto... Y Seungkwan sabe que lo que está ocurriendo es un coqueteo real, pero no quiere y no puede darle esperanzas a alguien como Lee, que desde su llegada a la empresa había demostrado cierto interés en él.

—Dije más lindo. Eres siempre lindo.

—Para ya. —pide fastidiado y... Odia admitirlo pero, de mejor humor que en la mañana— tengo una tarea para ti hoy.

Eso siempre lo pone mucho más feliz, es tan adorable, con sólo su rostro sonriendo es suficiente para alivianar el estrés de cualquier persona, y Seungkwan no es una excepción.

—Si señor —responde con entusiasmo antes de acercarse por completo hasta chocar los hombros con él mientras le muestra su tarea—

—Wen quiere específicamente este tratamiento en la fotografía del video, yo tengo algunas ideas de como hacer la edición pero he visto tu trabajo, es mejor que lo que yo hago así que hagamos algunas pruebas...

La razón por la que se dan segundas oportunidades  (Hansol/seungkwan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora