la fuerza con que el hilo aprieta

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"—¿Para qué te pones boca arriba? 

—Tengo la teoría de que si me pongo en esta posición los recuerdos me llegaran más rápido a la cabeza. 

—Pensé que los recuerdos estaban ya en la cabeza...

—Yo pienso que recordamos con todo el cuerpo

—Eso no tiene sentido ¿lo sabes?

—Sí lo tiene, creo que las cosas importantes de la memoria no pueden ocurrir en posiciones y lugares ordinarios, tienes que ser extraordinario Hansol." 









Se despierta extremadamente temprano el primer martes de agosto. Tiene insomnio casi todos los días desde que regresó a Corea y el cansancio lo está matando.  

Carga con mil cosas encima luego de tomar el mando de la casa de modas de su familia, tener que dirigir las relaciones de negocios, la producción, los diseños, las pasarelas, le estaba comenzando a taladrar el cerebro. Ahora incluso se había comprometido con uno de sus más grandes amigos de la universidad  para organizarle a él y a su prometida la boda de sus sueños y necesitaba con urgencia un café cargado para seguir adelante. 

No tiene ni las fuerzas ni las ganas para levantarse aún, así que se pone a mirar su teléfono, en sus recordatorios hay una nota flotante que dice 'cita para el traje 12 pm'. Se talla suavemente los ojos, que le arden por la falta de sueño, todavía recuerda que la noche anterior Wonwoo le contó por llamada detalles sobre la dirección y la ropa que habían elegido, y, pese a que él ya suponía quienes estarían en dicha prueba, aún así decidió preguntarle. "¿Quien va?" 

Hansol sintió lastima consigo mismo cuando se atrapó deseando escuchar el nombre de Seugkwan a través del teléfono, pero no pudo evitar ponerse nervioso cuando su amigo lo confirmó. 

No estaba ya enojado por lo que había sucedido un par de días atrás, tampoco iba a negar que no moría de ganas por saber como se había tomado aquella ligera provocación que le mandó con Jeonghan la mañana siguiente de aquella fiesta, sólo que estaba confundido. Verlo de nuevo sin duda había encendido en él un fuego que hace mucho tiempo dormía tranquilo en su interior, y aunque Hansol le daba la razón cuando le escupió a la cara que ya no se conocían, y que eran ajenos, todavía se preguntaba por que se había reído de sus estúpidos chistes, por que su personalidad extrovertida lo seguía atrayendo y azotando como olas que agitan al mar.

De repente toda la situación le revive sensaciones que no tenía desde hacía años, tiene el deseo de recordarlo lo más nítidamente posible, el mapa de su rostro, los lunares de su espalda, los olores de su piel, el tono natural de su cabello, su cabello despeinado, sus pies, los dedos de sus pies, todo. 

Se mueve de la cama y deja su cabeza boca arriba en una de las orillas. También quiere recordar la vez que empezaron  a salir, espera unos momentos en aquella incomoda posición y cierra los ojos. 

—Eres un mentiroso Boo Seugkwan...

Si recuerda, pero cuando se siente demasiado mareado para seguir boca arriba,  prefiere acostar su cabeza de forma normal sobre su almohada, el cansancio lo vence y termina durmiéndose un par de horas más antes de que su alarma suene, su sueño perturbado por sus malos hábitos lo deja en paz durante ese tiempo. 

Cuando siente que el calor de la habitación se eleva se da cuenta de que el sol ha dejado de esconderse y le recuerda que tiene que levantarse. Se cambia la pijama entre bostezos, se enjuaga la cara, lava sus dientes y arregla su pelo, luego mira su cuerpo completo en el espejo y sonríe, piensa que no duerme bien pero al menos sigue siendo guapo. 

La razón por la que se dan segundas oportunidades  (Hansol/seungkwan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora