CAPÍTULO 11

7 0 0
                                    

Megan

Tomo un respiro antes de hablar.

—Ambos sabemos que esto es incorrecto— comienzo —sin embargo, no podemos negar lo que queremos, o al menos eso creo.

—Está claro que no podemos negarlo, ni tampoco voy a hacer como si no hubieras dicho que te gustas de mí y que nos besamos.

—Pero debemos dejar las cosas claras, Matthew, debemos tomar esto con madures y debemos actuar bien porque absolutamente nadie puede saberlo por el momento.

—Estoy totalmente de acuerdo.

—Si hacemos esto debemos hacerlo bien y por bien me refiero a citas.

—Todas las que pidas nena.

—Exclusividad, desde ya aclaro que no quiero que me salgas con que quieres ver a otras o que te fuiste con otras porque no estaba claro si éramos exclusivos o no.

—No me gusta compartir lo que es mío.

—Sé que va a ser difícil, pero por favor no dejes que esa lanzada de Sandra te toque.

—¿Desde ya con los celos?

—Más que celos, pido respeto y de ambas partes. Yo te respeto, tú me respetas.

—Solo quiero aclarar que mi trabajo es estar rodeado de mujeres...

—El problema no es que estés rodeado o no de mujeres, es lo que tú dejas que ellas te hagan y ahí es donde entra el respeto no solo a mí sino a ti también.

—Está bien, te prometo todo mi respeto mientras tengamos nuestra relación.

—Eso, prefiero que primero nos conozcamos mejor. Yo sé que ya tuvimos nuestra primera cita y la pasé increíble, pero necesitamos conocer más del otro para definir si definitivamente queremos esto o no.

—Lo comprendo y lo apoyo, créeme.

—Nada de besos.

—No, con eso sí no voy a estar de acuerdo para nada.

—¿Por qué?

—Porque no, ya nos hemos besado antes y no voy a hacer como si no hubiera pasado, te lo dije antes.

—Esos nos puede ocasionar problemas.

—Míralo de esta forma. Ya tuvimos nuestra primera cita, tendremos nuestra segunda y nuestra tercera, lo que quiere decir que vamos a terminar formalizando de alguna u otra forma, así que te prohíbo que me prohíbas los besos.

—¿Tan grandote y no puedes aguantar unos meses sin besarnos?

—No juegues conmigo que yo sé jugar muy bien.

—Sin besos.

—No, eso no está a discusión, no después del sonido de satisfacción que hiciste hace 10 minutos cuando nos besamos.

—No era satisfacción.

—¿Qué era entonces?— me sonríe con arrogancia porque sabe que sí me gustó ese beso y aunque es una petición absurda es algo que sí me gustaría mantener, aunque tenga que hacerme de todas mis fuerzas para lograrlo.

Se acerca sigilosamente y me besa más suave esta vez, gustosa acepto su beso hasta que me aparto.

—Debemos bajar, nos están esperando.

—Que sigan esperando, no quiero irme todavía.

—Me estoy muriendo de hambre.

—Solo unos minutos más— vuelve a besarme, pero me alejo poniéndome de pie porque si no nunca vamos a bajar —¿qué pensabas al ponerte esa ropa?

Sobre nuestra pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora