CAPÍTULO 18

2 0 0
                                    

Matthew

Siento que floto en las nubes.

Mi fin de semana con Megan fue lo mejor, fue la primera vez que realmente sentí que pudimos compartir como pareja sin importar quien estuviera alrededor nuestro.

Matthia ha sido el primero que nos ha visto como pareja y aunque fue extraño al principio es una sensación con la que pueda vivir cada día. Sé que tuvo su momento arriesgado, pero ahora no me importa quien nos vea juntos, nos debemos a nosotros y a nadie más.

Después de nuestra salida hice un poco de trabajo antes de recibir la llamada de mi hermana con quién he estado hablando por 1 hora y no me canso de escucharla.

—...Y entonces vino Lewis y me lanzó a la piscina con toda la ropa, no me dio tiempo de cambiarme.

—¿De verdad? ¿Y no te has enfermado?

Mamá me dio uno de sus remedios raros para que no me enfermara y me siento como nueva.

—Qué dicha Marcelita. ¿Cómo ha estado mamá? Hace mucho que no hablo con ella.

—Está bien, aunque enojada con papá.

—¿Ahora qué hizo el señor?

—Ella se puso a hablar de lo bien que te está yendo en el trabajo y dijo que no quería saber nada de tu mediocre trabajo.

—Lo mismo de siempre, ya no me extraña.

—No sé qué hará cuando le diga que quiero estudiar medicina.

—De seguro te deshereda— dijimos al mismo tiempo y nos reímos.

—Estoy seguro de que sí. Yo estudiando docencia y tu medicina, definitivamente nos va a odiar.

Bueno, él no puede pretender que nos gusten las mismas cosas que a él, aunque quisiera meternos eso a la fuerza.

—Lo sé, pero sabes la opinión de él con cualquier carrera que no sea arquitectura. Hacía mucho que no lo veía con sus rabietas de arquitecto.

Es un neurótico casado con su carrera, eso es todo. Y hablando de carreras... ¿Cómo te va en la gran manzana?

—Más que bien.

—¿Alguna pretendiente?

—Puede ser...

—¡Tienes novia! ¡Lo sabía! Había escuchado de Matthia algunas cosas, pero no estaba segura.

—¿De Matthia? ¿Qué hacías hablando con Matthia?

—Me preguntaba por los estudios y terminó hablando sobre eso.

—¿Qué te dijo exactamente?

—Que había una estudiante que te estaba volviendo loco.

—Bocón metiche.

¿Quién es? Cuéntame todo sobre ella.

—No hay nada que contar, lo único que te voy a decir es que es la persona más maravillosa de la vida.

—Wow, sí que te ha flechado esa mujer.

—Bueno, qué te puedo decir. Sabes lo que soy cuando me enamoro.

—¿Y sí es una estudiante?

—Sí, pero no le digas a papá porque me termina aborreciendo más de la cuenta.

—¿Cuántos años tiene?

—18.

—¡Tiene mi edad! ¿Es una ricachona creída?

Sobre nuestra pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora