CAPÍTULO 5

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Matthew

Empezar el día con problemas es lo que menos me agrada de mi trabajo.

He pasado casi toda la mañana revisando cámaras de seguridad, desde anoche para ver quién se coló a poner las fotos y vídeos de lo que sucedió esta mañana.

Esto lo hago porque es mi deber, pero también porque si algo se descubre ambos podemos salir perjudicados.

Aunque ella quiera olvidarlo.

De todo lo que me ha pasado en la mañana, eso es lo que más me ha dolido, el que ella dijera que es un error y que debemos olvidarlo, por alguna razón me molestó y mucho, pero ella tiene razón en algo: yo soy el adulto y debo ser la persona racional y madura que esté de acuerdo en olvidarlo y hacer que nada sucedió.

Su confesión solo ha logrado que quiera conquistarla y hacerla cambiar de idea con respecto al beso, mi yo de adolescente no podría permitir que me humillen de esa manera. Toda mi vida he sabido que mi físico es atractivo, todos voltean a verme por donde sea que pase y eso hasta cierto punto me gusta, que ella haya dicho que no le gustó mi beso y que debemos olvidarlo ha hecho que mi orgullo de hombre se vea perjudicado y como hombre no puedo permitir que algo como eso suceda, debo defender mi hombría hasta más no poder.

Después de pasar horas viendo grabaciones, le pido a las orientadoras encargadas que llamen a los papás de los involucrados para darles mi respuesta final sobre lo sucedido esta mañana. Aunque es algo que puedo dejar pasar, mi lado protector de director no me deja hacerlo, menos al ver que Addison tiene varias acusaciones de Bullying y que jamás se ha hecho algo para castigarla.

Los primeros padres en llegar son los de Addison, hablo con ellos lo sucedido y al parecer el padre es más comprensivo que la madre lo que me hace estar tranquilo de saber que hay un racional en esa relación.

Les muestro las grabaciones de la noche anterior y las de esta mañana antes de proceder con el castigo que se le va a brindar por su comportamiento.

—Dados los acontecimientos de esta mañana y las anteriores quejas sobre la actitud de su hija hacia otros compañeros, debo informarles que a partir de este momento Addison queda suspendida del colegio por un periodo de 25 días hábiles.

—¿QUÉ?— reaccionan la madre y la hija al mismo tiempo.

—Eso no puede ser director— dije la señora —eso es demasiado tiempo, los exámenes finales están cerca y va a perder las clases o incluso las tareas.

—Una vez que ella retome las clases se le dará un tiempo considerable para que entregue las tareas y pueda hacer los exámenes. Como consejo, para la próxima podría pensar mejor las cosas que hace porque ciertas actitudes traen como consecuencia estos castigos.

—Esto es imperdonable, es inhumano.

—Karla por favor— habla el hombre —por años solo has sabido malcriar a nuestra hija, tus malas enseñanzas y sus actitudes son las que provocaron esto, si es necesario suspenderla más tiempo yo estoy de acuerdo director.

—¿Estás escuchando lo que dices Javier?

—Señora, el castigo por las acciones de su hija eran de expulsión, pero para no perjudicar sus estudios he decidido sancionarla. Si lo que usted desea es que sea expulsada, entonces así será.

Sin decir más la señora sale furiosa de la oficina y le entrego el documento a su padre.

»Por el tiempo de suspensión, su hija tiene rotundamente prohibido entrar al colegio hasta que el día de la suspensión acabe.

—Gracias director, me aseguraré de que no venga aquí por el periodo de castigo.

Nos despedimos con un apretón de manos y sigo con los papás del mocoso de la serenata. Sorprendentemente su madre se lo toma con calma, no está contenta, pero al menos acepta que su hijo cometió un error y debe pagar por ese error.

Sobre nuestra pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora