CAPÍTULO 19

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Matthew

Llego a mi casa pasadas las 5 de la tarde. Al entrar puedo oler un aroma exquisito y ver a una hermosa mujer con mi camisa puesta cocinando en mi cocina.

—¡Matthew! ¡llegaste!— se acerca hasta a mí y me recibe con un abrazo y muchos besos en la cara.

—¿Qué tengo que hacer para que me recibas así todos los días?

—Amarme.

—Eso es fácil, ya lo hago— la tomo de los muslos y la subo hasta mi altura enrollando ella sus piernas en mi cintura y mientras nos besamos camino hasta la encimera de la cocina en donde la siento —Nena, cuanto te extrañaba.

—Y yo a ti bebé— vuelve a besarme hasta que se acuerda de lo que tiene en el sartén cocinándose —me tomé el atrevimiento de venir y prepararnos la cena.

—Mi casa es tu casa, puedes venir y hacer lo que quieras.

—También es mi forma de escapar de mamá después de lo que sucedió hoy.

—Me sentí tan mal mintiéndole en la cara— paso mis manos por mi cara cubriéndola hasta que Megan las aparta —Cuando se entere me va a odiar.

—Deberíamos decirle, yo me siento muy mal mintiéndole.

—Lo haremos, solo que debemos esperar.

—¿Por qué?

—Debo salir del país unos días.

—¿Por qué? ¿A dónde vas?

—Por una conferencia que hay de directores en España y voy por 3 días.

—Son muchos días sin nada de Matthew.

—Lo sé, será una tortura.

—¿Cuándo sales?

—Mañana por la mañana.

—Debes aprovechar el tiempo entonces.

—Primero cenaremos y después seré todo tuyo.

—Siempre eres todo mío.

—Pero ahora lo seré más.

Juntos preparamos la cena y pasamos una noche increíble juntos antes de partir por unos días.

—Debo hacer mi maleta— digo viéndola arrecostada sobre mi pecho.

—Después, me gusta estar así contigo— me besa comenzando a bajar por mi cuello hasta llegar a mi pecho en donde se queda un buen raro.

—Dios... Nena, debo preparar la maleta o sino no podré irme mañana.

—Mejor, así te quedas conmigo toda la semana.

Teniéndola así, sobre mí puedo detallar cada parte de ella para guardarla bien en mi mente sin sacarla ni por un segundo.

—Ahora que te veo así, solo puedo pensar en mis días de tortura cuando esté lejos.

—Podrías llevarme, igual no estoy haciendo nada.

—No puedo, en algunos días comenzarás tu práctica profesional y debes prepararte.

—Ni me lo recuerdes, estoy muy nerviosa.

—¿A dónde irás? Por cierto.

—A la mejor empresa de arquitectura del país: M&M Arquitecture.

Me levanto de golpe al escuchar el nombre de la empresa, debe de ser una broma completamente.

—No, por favor dime que no irás ahí.

Sobre nuestra pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora