CAPÍTULO 2

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Megan

Me despierto sintiendo un bulto encima de mí y una mata de pelo cubriéndome la mitad de la cara. Ginna tiene el peor dormitar que haya visto en una persona, es de las más incomodas.

Con las pocas fuerzas matutinas que tengo la lanzo a su lado de la cama para poder salir libremente de ella. Me lavo la cara y hago mi aseo personal antes de volver a salir a mi cuarto.

Con un pequeño vaso lleno de agua en mis manos, comienzo a echarlo sobre la cara de Ginna para que despierte, solo así logro despertarla. Ella se comienza a mover y yo continúo evitando mojar mi cama, detesto cambiar las sábanas de mi cama por eso procuro ser muy aseada y así evito cambiar la sabana cada 2 días como otros tienen por costumbre.

—¿No puedes ver a una persona dormir en paz?

—No— dejo el vaso medio vacío sobre la mesita de noche de su lado de la cama y me siento en la cama esperando a que abra sus ojos.

—¿Qué quieres mujer? Quiero dormir.

—Son las 10 de la mañana, ya levántate.

—Solo si me vas a contar lo que sucedió anoche— mis pensamientos se van al desconocido automáticamente y puedo sentir mis mejillas ponerse rojas de solo recordar lo que sucedió.

Besé a un desconocido.

Al no recibir respuesta de mi parte, Ginna abre los ojos viéndome con seriedad.

»¿Estás sonrojada?— abre los ojos con sorpresa como si supiera lo que sucedió. —Cuéntame que sucedió, ¿al fin logró...?

—No pasó nada entre nosotros, pasó todo lo contrario.

—¿Y qué fue lo que pasó?

—Lo encontré besándose con Emma en las afueras del gimnasio.

—¿Con tu hermana? Ahora sí que ese desgraciado me va a escuchar. ¿Cómo se le ocurre besarse con Emma?

—Eso no es todo.

—¿Hay más?

—Besé a un desconocido por venganza.

Ginna suelta la risa después de segundos en silencio por mi confesión.

—¡Dios! Mujer te amo, al fin estás saliendo de tu zona de confort.

—No estoy saliendo de mi zona de confort lo hice porque de otra manera Emma y Julio me hubieran atrapado y justo en este momento no quiero ver a ninguno de esos dos traidores.

—¿Sabes qué? La infidelidad pasa a segundo plano en este momento ¡Besaste a otro! Jamás creí que Megan la monja fuera a hacer una cosa de esas incluso después de los años de engaño que has aguantado de Julio.

En algo Ginna tiene razón, Julio y yo teníamos 4 años saliendo y yo mejor que nadie sé que él me engañaba con otras, es el capitán del equipo de fútbol y todas mueren por estar por él. Hace mucho tiempo que me dejó de importar él y por eso dejaba que se fuera con la que quisiera, sin embargo, nunca pensé que me fuera a engañar con mi hermana, esa fue la gota que derramó el vaso.

—Ya no me hables más de eso.

—No, necesito saber quien es ese hombre misterioso.

—Yo tampoco lo sé, estaba en la oficina del director y era de noche, no podía ver bien su rostro.

—Eso es aún mejor, ahora estaré viendo a todos los chicos del colegio para averiguar quien es ese hombre misterioso.

—No Ginna, déjalo.

Sobre nuestra pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora