𝘾𝙊𝙈𝙋𝙇𝙄𝘾𝘼𝙏𝙀𝘿 ━ 𝐵𝐸𝐶𝐾 𝑂𝐿𝐼𝑉𝐸𝑅

venganza

— capítulo ocho.
venganza.

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Blake llegó al Caja Negra tomando asiento al lado de Beck, mismo que había sido guardado por el chico al notar que la estudiante se demoraba en llegar — Lo siento, se me hizo tarde en casa por la culpa de Lucas — señaló al joven que llegaba con bastante calma —.

— Aún no había desayunado — excusó sentándose cerca de ellos — Mi productividad se reduce un noventa por ciento en esos casos.

Blake le lanzó su mochila justo cuando Tori habló — Oigan, ¿a qué renunciarían? — preguntó hacía su grupo de amigos — ¿A internet o a uno de sus pies?

— Pues al pie, Tori — Blake le respondió con obviedad — ¿Qué pregunta es esa?

— Si, al pie — Cat apoyó de inmediato —.

— Adiós pie — Beck se unió pasando su brazo por los hombros de Blake —.

— Al pie.

— Al pie, sin dudas.

— Al pie.

— ¿En serio? — soltó incrédula — ¿Renunciarían a un pie por internet?

— Claro — Beck hizo un gesto como si la respuesta fuera demasiado evidente —.

— ¿Tú no?

— Tú amas internet — André aseguró en busca en su contestación —.

— Ya sé, pero — alzó levemente su brazo — Mi pie es parte de mi cuerpo, e internet es... — se quedó un pequeño segundo pensando — Si, adiós pie.

Todos asintieron estando de acuerdo, Beck estaba a punto de continuar su plática con Blake, sin embargo, el timbre sonó y el maestro se hizo llegar.

— Muy bien futuras super estrellas — dijo una vez entraba al lugar — Porque en este momento de su vida yo estoy a cargo de ustedes.

Algunos caminaban con lentitud, al parecer con pocas ganas de estar ahí.

— Rápido — apresuró dando pequeños aplausos — No pierdan tiempo, tenemos cosas emocionantes.

Cat gritó con entusiasmo ante el comentario — ¡Yey! ¡Adoro lo emocionante!

Blake sonrió cruzando sus piernas y acomodándose de mejor forma, estando levemente recargada en Beck.

— ¿A quien no le gusta la emoción? — Tori le preguntó —.

— A Damian — señaló ella hacía el sitio al lado suyo, donde se encontraba un compañero con aspecto algo peculiar —.

Él tomó aire con esfuerzo para después susurrar el nombre de Tori, por lo que ella se alejó un poco más.

— Atención — pidió el mayor de nuevo — Hoy, en vez de discutir las diferencias de—.

La puerta fue abierta de nueva cuenta, esta vez dejando ver a un Robbie bastante cansado — Lamento llegar tarde, sudado y sin aliento — se disculpó apenas pudiendo respirar —.