Capítulo 9

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Me encuentro sentada en una silla, en la misma habitación donde me interrogaron la vez pasada.

Estaba jugando con mis dedos, nerviosa. En eso se abre la puerta de la habitación, entrando el sheriff por ella.

—Hola Hera, ¿quieres que te bindre algo?, no se agua o café— me pregunta mientras se sentaba frente a mi, igual que la otra vez.

Agito la cabeza negandome ante su brindis, me quedo en silencio antes de preguntar:

—¿Que paso con Adam? ¿Está bien?— le pregunto angustiada.

—El chico... Entro en coma, perdió mucha sangre y las balas le hirieron nervios importantes.

—Esta muy débil.... Es posible que no pase de esta noche— me dice dándome una mirada de lastima.

Yo bajo la mirada mientras sollozo. El me pasa una servilleta para secarme las lágrimas y después me dice.

—Hera cómo sabrás soy el sheriff del pueblo, Santiago Martínez y estoy al frente del caso ahora, ya han ocurrido dos homicidios en el pueblo lo cual es estraño por la tranquilidad del pueblo— para, toma aire y continúa— Lo raro Hera es que... Los dos asesinados tenían contacto contigo.

—Pe...pero yo no conocía a la muchacha— le expliqué confundida.

—Tu no la conocías, pero al parecer ella si a ti, ya que cuando investigamos su casa encontramos en su ordenador muchas fotos y mucha información sobre ti— me dice y me quedo más schokeada de lo que ya estaba.

—Bueno.... ahora necesito que me digas que fue lo que ocurrió con el chico.

Me pide y yo acepto, contándole todo lo que ocurrió.

—Espera, espera.... Me estás diciendo que tres hombres fueron los homicidas— me pregunta anonadado.

—Si.

—¿Hera de casualidad.. tu conocías a estos hombre?.

—Si...

—Bueno pues... me puedes explicarme más sobre ellos, todo lo que conocéis de ellos— me pide y yo acepto porque además, tenía que contarle a alguien sobre los tres desconocidos.

O sino me iba a volver loca..

Le conté todo, absolutamente todo. Desde la llamada telefónica, el patio, las constantes llamadas y las palabras y amenazas que recibía.

El sheriff escucha todo con atención y cuando terminó de hablar, se levanta y sale por la puerta volviendo al minuto con una carpeta en sus manos.

Se vuelve a sentar delante de mi abriendo la carpeta.

—Hera, ¿sabes que es esto?— me pregunta y yo niego— este es tu espediente.

Me dice y trago saliva con fuerza... Teniendo una idea hacia donde iba esto.

—Bueno Hera, dice el espediente— le da una leída— que en el 2019 cuando tenías doce años, estuviste desaparecida y te encontraron con signos de golpes, y también dijeron que tenías señales de violación en tu cuerpo.

—¿Eso es verdad?— me pregunta mirándome seriamente.

—Si— respondo tan bajito que casi no se oye, sin embargo lo pudo escuchar.

—¿Por qué pregunta, que está pensando?

—Hera, te seré sincero— dice pasándose una mano por la cara y suspirando— es posible que quien te halla hecho eso cuando tenías trece, sean los mismos sujetos de los que me hablaste, los homicidas.

—Pe..pero si son las mismas personas, que me haré yo— le pregunto llorando del miedo.

—He tranquila... te pondré una agentes para que te cuiden, eres su principal objetivo claro está, y no sabemos que es lo que desean de ti— me dice y yo le agradezco.

(...)

Dos días después nos encontrábamos en el funeral de Adam.

Todas las personas presentes se encontraban devastadas. Familia, amigos , profesores.

Adam era un chico muy querido. Me lamentaba tanto ver a su familia sufriendo.

Mis padres y las chicas se encontraban allí para dar el pésame, pero también para apoyarme.

Yo me encontraba destruida, estaba sujetada de mi madre porque sentía que en cualquier momento iba a caer al piso.

—shhh... Ya mi amor— me dice mi madre tratando de que yo dejé de llorar, en cambio lo que hizo fue aumentar más mi llanto.

Adam no se merecía ésto, no se merecía haber muerto de esa manera y menos siendo tan joven.

Pero también lloraba no solo por la culpa y el dolor de su muerte. Sino porque también presentía que esto, era el inició del caos y de mi sufrimiento.

Sentía que apenas era el comienzo de mi infierno...

Y valla que no me equivoqué, tenía razón, porque empezó más rápido de lo que yo esperaba.














Presa de una obsesión [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora