Presa de una obsesión [#1]

Capítulo 16

A la mañana siguiente:

El dolor en mi cabeza me despertó y me queje, llevándome una mano a mis cienes, masajeandolos.

Con mucha dificultad abrí mis ojos, me los sentía hinchados. No sabía qué hora era, pero parecía temprano ya que el sol apenas estaba saliendo.

Moví mis piernas tratando de sentarme cuando un dolor recorrió mi entrepierna, causando que un quejido saliera de mi, a mi mente vinieron los sucesos ocurridos y no puede evitar comenzar a temblar y a sollozar.

Al mi alrededor no ví a los causantes de mi desgracia, me encontraba yo sola, lo que me alivio un poco porque no quería verles a la cara.

Me senté en la orilla de la cama y busque alguna prenda para taparme pero no había ninguna.

Me levanté como mucha dificultad y me aferre al tocador para no caer. No puede evitar mirar hacia la cama, la gran mancha de sangre que había sobre las sábanas más el dolor en todo mi cuerpo me demostró que todo fue real y no una pesadilla.

Solloze y rápidamente tuve que correr hacia el baño al sentir como se me revolvía el estómago, apenas ví el retrete me arrodillé frente a el vaciando todo lo de mi estómago.

Cuando termine baje la cadena y fui a cerrar la puerta con seguro.

Abrir el grifo del lavamanos hechandome agua en la cara y en la boca para quitar el desagradable olor a vómito.

Me fue inevitable no observar mi aspecto en el enorme espejo. Tenía los ojos hinchados y enrojecidos, mis labios secos y agrietados con pequeñas gotas de sangre seca. Tenía el rostro pálido, eso más las manos y dedos marcados en mi cara me hacía ver horrible.

Las lágrimas resbalaron por mis mejillas. Desvíe la vista hacia la tina y me metí allí rápidamente. No me importo la temperatura del agua, lo único que quería era quitar esas horribles marcas.
Tenía todo el cuerpo con dolorosas marcas, desde mis piernas hasta mi cuello.

Empeze a restregar mi cuerpo una y otra vez con fuerza, no me importaba si me estaba lastimandome. Tenía rasguños en los brazos, pechos y piernas que yo misma me había causado.

Dejé que el jabón flotara sobre el agua de la tina y agarre mi cabeza soltando gritos y jalando mis cabellos. A mí cabeza lo único que venían era esos asquerosos recuerdos.

—¡Hera abre la puerta!—me llamo desesperadamente Lucifer mientras golpeaba la puerta con fuerza—¡Que habrás la maldita puerta joder!

No le hice caso y seguí gritando y lastimando mi cuerpo, intentando borrar todo lo que ellos me hicieron.

—¡Mi paciencia se está acabando Hera, abre la maldita puerta¡— dice esta vez Damien.

—¡Déjenme en paz, no quiero verlos, no quiero, no quiero!— les grito—¡Déjenme, déjenme, déjenme!

—Hera... Abre la maldita puerta— dice la voz de Lucifer fingiendo calma.

—¡No, me volvereis a hacer daño!— digo llorando y tapo mis oídos, desesperada.

—Era algo que iba a suceder si o si Dolly, te íbamos a tomar tarde o temprano— dice Demon.

—¡No.. abusaron de mi como unos malditos animales!

—Te hicimos el amor— dice Lucifer.

—¡Yo no quería que me tocarán, no quería hacer nadas con ustedes y aún así tomaron mi cuerpo a la fuerza!... ¡Eso es violación!

—Tu cuerpo nos pertenece mein häschen, desde siempre ha sido así— Dice Damien.

—¡Yo no soy su maldito obejeto sexual, con quién hacer los que le dé la gana!

—Y no lo eres— dicen los tres al mismo tiempo dándome escalofríos.

La manilla de la puerta volvió a girar variadas veces mientras los escuchaba gritar mi nombre.

Me sentía agotada física y psicológicamente, los recuerdos no paraba de perturbar mi mente. Aún podía escuchar sus jadeos llenos de placer, sus gemidos. Apreté mis ojos mientras sentís como el aire empezaba a faltarme, mi respiración era dificultosa.

Me sentía mariada y débil, muy débil.

Escuché el sonido de la puesta siendo derribada y pasos desesperados, no pude levantar la vista ya que me llegó un sumbido empezó a sonar en mi cabeza, haciéndome doler está y los oídos.

Mi visión se volvió borrosa y lo único que puede percibir antes de caer en la inconsencia era las manos de Demon sacándome de la tina mientras gritaba mi nombre.