Presa de una obsesión [#1]

Epílogo

Narra Lucifer Black:

"Flashback"

Me encontraba caminando en el parque del pueblo, mis hermanos menores venían detrás de mi.

Yo acababa de cumplir veinte años, mi hermano Damien tenía dieciséis y mi hermano más pequeño tenía trece.

Ese día habíamos escapado de casa, padre se había puesto violento y había golpeado a mamá, mis hermanos y yo intentamos intervenir pero lo que logramos fue que nos golpeara.

A veces no se por que mamá sigue con nuestro padre, el es una persona muy violenta, y desde que tengo uso de razón, siempre nos maltrato.

Muchas veces mis hermanos y yo habíamos pensado en acabar con el, pero no podíamos.

Era muy poderoso, el líder del negocio Black. Negocio que tenía varias empresas reconocidas a nível mundial, solo que detrás de esas empresas, se encontraba el verdadero negocio.

El tráfico de drogas y personas...

Salgo de mis pensamientos al sentir que me llaman.

—Luci, Luci..

Volteo mi mirada, encontrándome a Demon con su típica sonrisa burlona.

Aunque fuera todavía un crío, ya era un maldito grano en el culo, un loco psicópata.

—Que..— suelto tosco.

El me sonríe, con esa sonrisa que ponía cundo quería algo. Era un mimado.

—Me pregunta si.. ¿Vamos está noche al sstech?— me pregunta.

El sstech era el bar más lujoso del pueblo, era nuestro. Pocas personas tenían el privilegio de ir.

—Para que preguntas, si al final iras de todos modos— bufo.

—Vamos hermanito— dice pasando un brazo detrás de mi hombro— lo necesitamos, sobretodo el amargado de Damien.

—Amargado tu culo— le dice Damien, enseñándole el dedo del medio.

Demon sonríe con sarna. Iban a empezar a pelear.

Los ignoro, fijando la vista en mi celular cuando unos sollozos llaman mi atención.

Miro hacia los lados al causantusan del ruido, encontrandolo.

O mejor dicho.. encontrandola.

—Oye que mi..— le tapo la boca con mi mano a Demon, callandolo.

Con la vista señaló el lugar, haciendo que ellos dos también mirarán.

Debajo de la sombra de un árbol, se encontraba una niña sentada sobre el pasto, llorando, no aparentaba tener más de seis años. Tenía el cabello rubio recogido en dos coletas, vestía un bonito vestido rosa acompañado de unos zapatitos blancos.

Parecía un ángel..

Mis hermanos al igual que yo, quedaron embelesados viéndola.