XIV - Sabotaje

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Pasados algunos días, en el laboratorio Titán, Paulo y Heitor conversaban en la sala de la dirección.

— Te he llamado para avisarte de que has sido ascendido a nuevo gerente de investigaciones de la Titán.

Heitor sonrió satisfecho. Finalmente, su plan empezaba a salir bien y respondió lisonjeado:

— Gracias, Paulo. No sé qué decir, pero estoy feliz por esto y por la oportunidad de ayudar a mi hija.

— ¿Y cómo está ella? Ya hace una semana que está tomando el prototipo del Eternal.

— Ningún cambio hasta ahora. Su cabello continúa cayendo bastante. Tal vez necesite un tiempo mayor para que el medicamento haga efecto.

— ¿Y en cuanto a los testes en vivo?

— Tampoco conseguimos ningún resultado. No sé qué decir, pero parece que hay alguna cosa equivocada.

— ¿Has verificado si siguieron correctamente la fórmula?

— Lo confirmé con la jefa de producción y ella dice que la ejecutó con precisión. De cualquier manera, estamos haciendo una nueva muestra. Estoy animado para que Isabela rejuvenezca y pueda seguir adelante con una vida normal.

— Yo más aún, porque el nombre de la Titán está en juego y por la gran inversión envuelta. El laboratorio asociado alemán está presionando por resultados.

De repente, un mensaje llegó al aplicativo del móvil de Paulo. Heitor se quedó en silencio observando la lectura.

Era el contable avisando de que las acciones de la empresa habían subido. El dueño vibró con lo que leyó.

— No te imaginas la noticia que acabo de recibir...

— ¿Qué ha sido, Paulo? Me he puesto curioso.

— Acabo de hacerme mucho más rico. Las acciones de la Titán en la bolsa brasileña y en los otros países han subido como si yo fuera un turista espacial. Estoy viendo la estratosfera del mercado financiero en este momento.

— ¡Estupendo!

— Gracias a nuestro plan.

— ¿Y si Luna, viendo eso, piensa en procesarnos? Parece que su novio es un trader del mercado.

— ¿Estás de broma? Ya hablamos sobre eso. La chica es joven e inocente demás para una cosa de esas. La investigación fue hecha en nuestro laboratorio. Ella está desempleada; la madre enferma. ¿Te has olvidado de que nuestros abogados son los mejores? ¿Te acuerdas de lo que te dije al respecto de los testigos que puedo providenciar para hacer nuestra versión de los hechos verosímil? Dudo mucho de que necesitemos llegar a ese punto.

— Eres un zorro. Pareces tener todas las respuestas fáciles para los problemas difíciles.

— El secreto es estar más allá de tu tiempo.

— Me voy porque tengo mucho trabajo que hacer con el Eternal – dijo Heitor con entusiasmo.

— Una cosa más – el gerente de investigaciones ya estaba con la mano en el pomo de la puerta, cuando se volvió. – Vas a ganar un buen aumento de salario junto con el nuevo cargo. Aprovecha...

— Una vez más, muchas gracias, Paulo.

Cerca de allí, al salir del trabajo aquella noche, Fabio estaba en un bar tomando una bebida. Intentaba olvidarse de Luna, ¿pero quién dice que la mente manda en el corazón?

Empezó a pensar en los momentos que pasaron juntos, en el modo en como la conoció en el centro comercial. Se puso triste... Miró la televisión y vio la noticia que se repetía, día tras día, sobre las acciones de las empresas que invertían en medio ambiente, que no paraban de caer al contrario de las acciones del laboratorio Titán.

Luna y el Elemento EternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora