Al día siguiente, al llegar a las dependencias de la firma, Paulo y Heitor tuvieron una sorpresa desagradable. Encontraron el caos en el sistema informatizado. Ellos estaban en la sala de dirección en discusiones acaloradas. Ingenieros de Tecnología de la Información y técnicos locales, además de otros venidos de São Paulo manejaban los computadores intentando desvelar el enigma.
— ¡Qué porquería, Heitor! ¿Qué rayos de virus es ese que ha invadido el sistema? Hasta mi móvil está enloquecido. Todo lo que se conecta a nuestra red para de funcionar.
— ¡Hackers desgraciados! Deben estar queriendo espiar nuestro trabajo – el jefe de investigaciones también estaba furioso.
— Señor, vamos a tardar en arreglar las cosas. Los antivirus más actualizados no reconocen a los invasores. Los ingenieros de la matriz tendrán que estudiarlos para desactivarlos – el responsable por la empresa contratada para investigar el ordenador cuántico y los virus les interrumpió.
— ¿Qué puede haber causado esto? – Paulo estaba curioso.
— Sin duda, fue alguien con acceso al sistema – respondió uno de los técnicos.
— Está bien. Haz lo que sea necesario para arreglarlo. Quiero que descubráis también quién fue el responsable por esta catástrofe.
— Vamos a tardar mucho...
— No importa. ¡Arregláoslas con esa porquería!
El director del equipo salió de la sala seguido por los otros, y Paulo encaró a Heitor.
— Entonces. ¿Quién te parece que puede haber hecho ese desastre?
— Nuestro personal antiguo es de confianza y están muy envueltos en la investigación; tenemos protocolos de seguridad muy rígidos. Pero puede haber un espía industrial entre ellos.
De repente, la secretaria de Paulo entró en la sala.
— Hay un inspector de policía afuera queriendo hablar con usted.
— Puede ir a buscarle y tráigalo aquí.
Heitor miró a Paulo preocupado, cuando ella salió:
— ¿Será que han descubierto algo sobre la invasión de la casa de Luna?
— No te preocupes, es uno de los míos – dijo este mirando la cámara de seguridad.
La secretaria abrió la puerta. Heitor, que quería huir de la situación, dijo:
— ¿Quieres que yo salga, Paulo?
— No. Quiero que estés presente.
Después paulo miró hacia la puerta:
— ¡Peçanha! Qué placer verte.
— El placer es mío. Tenemos que hacer una de aquellas barbacoas de antiguamente con el comisario.
— La vida está ajetreada. Pero me acordaré de eso. Entonces, ¿tienes algo para mí?
— Hicimos una búsqueda minuciosa en la casa, después de que los otros salieron. Fuimos de paisano y nadie nos vio. Borramos todos los vestigios del hurto. También investigamos la vida pasada de la tal Luna y de las personas cercanas.
— ¿Qué descubristeis?
— Ella salió con un tipo que trabaja con acciones, pero ya no están juntos.
— Eso ya lo sabemos.
— En cuanto a la chica, su ficha es más limpia que la sala de esterilización de un hospital. Pero hay algo extraño con sus amistades.
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Luna y el Elemento Eternal
Science FictionPremisa: Una farmacéutica afrobrasileña hipocondríaca y desconfiada, que lucha contra el tiempo para descubrir un medicamento que le ayude a curar la enfermedad de su madre, no imagina que tendrá que enfrentarse a la codicia desenfrenada de sus supe...